Burros mediáticos
Suponiendo que existan la telebasura y sus apóstoles, ¿qué ocurre cuando uno de ellos perpetra un libro? ¿Pasa a formar parte de la industria del librobasura? Es el caso de Dinio, nuevo trovador cubano autor de la romántica balada Haciendo el amor, que, con la ayuda de Manu Sudupe y José Mari Gastón, protagoniza un ensayo autobiográfico titulado Verdades arriesgadas.
Fauna
El libro es una mezcla de Tómbola, Salsa rosa y documental sobre apareamiento animal. Dinio cuenta su envidiable vida sexual e incluso define a Fidel Castro como un "dictador consentido". El libro derrocha esa obscenidad-espectáculo que tan de moda está defender y que tanto abunda en según qué programas. Si se te ocurre decir que ciertos excesos apestan, te llaman estrecho o facha. La contradicción de los predicadores del morbo televisivo supuestamente petardo es que, dándoselas de tolerantes, se indignan si alguien opina que carecen de escrúpulos. Suelen responder: "Es lo que le gusta a la gente". No les basta que los veamos: además, quieren gustarnos. Crónicas marcianas, mientras tanto, regresó comentando una edificante noticia emitida por TVE (Por la mañana, cuyos contenidos degeneran de modo alarmante) sobre la violación rural de burras. Boris Izaguirre se refirió a Platero, del que dijo que era un burro gay. Y luego añadió: "Platero, Flipper y Bambi eran unos grandes maricones".
Cambio
En el anuncio de Golf, un despeinado personaje atraviesa la historia siguiendo sucesivos movimientos. Se apunta a todos los bombardeos y la inercia le lleva a un concesionario Wolswagen. Parece una apología del gregarismo, pero esta historieta contiene muchas verdades. El activismo revolucionario, el sufragismo indispensable, el surrealismo transgresor, el pacifismo testimonial o lúdico, todos estos ismos que cambiaron el mundo desembocan en un espacio individualista que, a falta de otros alicientes, fomenta el ismo más adictivo que existe en este privilegiado lado del mundo: el consumismo.
El bucle
El comisario escenificó algunas de las noticias que salen en los periódicos: criminales sin fronteras que exportan su ansia de delito. Para compensar la dureza naturalista del argumento se introducen escenas sobre la cotidianidad de los agentes. Charly, policía interpretado por Juanjo Artero, es blanco de las ironías de sus colegas cuando le ven en una fotografía en la que se parece sospechosamente a Javi, de Verano azul. Era el mismo actor aunque menos crecidito. Que el director del capítulo de El comisario se llamara Mercero le dio a este guiño más categoría si cabe. Un compañero de Charly, al ver una foto suya de cuando era chaval, le dice: "Igualito que el rubito de Verano azul". A lo que Artero responde: "Otro pesao". Es un gag recurrente que Artero podrá ir explotando con el paso de los años.
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