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Reportaje:

Alicante, musa de un juego literario

Nueve escritores locales evocarán la pérdida de la identidad de la ciudad con un sugestivo divertimento creativo

Alicante y sus personajes han sido, en ocasiones, escenario y protagonistas de la creación de literatos. Pero la ciudad ha dado un salto en la escala literaria y, merced a la inventiva de un grupo de autores locales, se ha convertido en eje de un sugestivo juego literario. A caballo entre la ficción y la realidad, influenciados por las novelas de Agatha Christie y Raymond Chandler, un total de nueve escritores alicantinos se embarcaron anoche en una apasionante historia literaria.

Se trata de crear personajes de ficción que ayuden a redescubrir la ciudad, buscar sus señas de identidad y criticar aquello que se ha perdido. Cada quince días se reunirán para escuchar un relato cuyos protagonistas analizarán diversos aspectos de la ciudad. "La idea es que cada uno salga a la calle, y nos cuente qué echa de menos, qué ha pasado, la memoria que se ha perdido, que piensen y repiensen la ciudad", dijo Mariano Sánchez Soler, promotor de la iniciativa. "Pero siempre desde una perspectiva juguetona e irónica", matizó Manuel Alcaraz, director de la sede universitaria de Alicante que acogerá estas reuniones hasta el próximo 17 de junio. El primero en intervenir fue el detective Terratrèmol, un clásico protagonista literario de Alacant Blues, la novela de Mariano Sánchez Soler, quien se encargó de reunir en la sede de la Universidad de Alicante, frente al Paseo de Canaleja, a nueve curtidos escritores alicantinos para que le ayuden a resolver un caso singular: la ciudad ha perdido la memoria.

Durante las próximas semanas estos escritores seguirán trazando este juego literario. De ello se encargarán Luis Bonmatí, Ángeles Cáceres, Enrique Cerdán Tato, José Luis Ferris, Joaquim González Caturla, Rafael González, Adrián López, Gerardo Muñoz y Miguel Ángel Pérez Oca. El origen del debate de partida, según explicó Sánchez Soler, es que las calles de Alicante "no son lo que eran, se destruyen los lugares tradicionales y las zonas monumentales. Alguien debe devolver a los ciudadanos y las ciudadanas la cordura y la autoestima". Y como en la literatura, por ser inocente, se puede escribir todo, cada uno de ellos ofrecerá al público y al lector su percepción de la ciudad que se ha perdido y transfomado.

Los organizadores reconocen que se trata de una difícil empresa porque Alicante está cumpliendo el vaticinio del arquitecto Carlos Hernández Pezzi: "Las mismas marcas, las mismas tiendas, iguales nombres, semejantes mobiliarios. La ciudad ya no va dentro de uno, como un equipaje de identidad que lo sustenta, sino que se transforma en un archivo informático que rueda sobre los lenguajes universales". En Alicante sólo van quedando nombres de franquicias, y una anónima ciudad. En este sentido, Enrique Cerdán Tato dijo: "Alicante es la ciudad que todavía no existe, hemos vivido varios alicantes diferentes, pero ninguno nos acaba de complacer".

En la primera sesión del divertimento literario, Mariano Sánchez Soler encarnó al famoso detective Terratrèmol que reunió a los creativos y les encargó una labor. El ficticio detective les propuso que hicieran su propia aproximación, su indagación urbana: buscando rincones, invocando personajes, relatando historias, tratando personajes y que expliquen por qué Alicante es como es. Y todos intentarán buscar un colofón feliz al juego, "porque nosotros somos felices", matizó Sánchez Soler.

Alcaraz dijo que los relatos se publicarán y destacó que la idea "tiene sentido en Alicante, porque se está perdiendo, se está suicidando y cayendo en la autocomplacencia de la millor terreta del món". Es hora, según Sánchez Soler, de que los promotores inmobiliarios abran paso y dejen a los escritores reconstruir la ciudad.

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