"Espero que la poesía sea algo con lo que pueda ganarme la vida"
Javier Vela, de 22 años, nacido en Madrid pero residente en Cádiz desde siempre, estudiante de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Granada y actualmente becado en Córdoba, se siente poeta por los cuatro costados. El pasado año se dio a conocer con un poemario prometedor, Aún es tarde, editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz. Antes de que concluyera 2003, su nombre sonaba como ganador del histórico premio Adonais. Admirador de Vicente Huidobro, Luis Cernuda y Pablo Neruda, así como de Antonio Colinas y Miguel Florián, Antonio Vela pretende que su poesía "sea más cercana a las personas que a los conceptos, o como dice Gamoneda, más sensible que inteligible". "Por eso defiendo la idea de que la poesía esté dotada de un lenguaje no cotidiano, no popular. Su fuerza radica, precisamente, en su capacidad de sensación", asegura.
Pregunta. ¿Qué es La hora del crepúsculo?
Respuesta. En principio, se trata de un libro de estructura bastante sencilla. No posee un argumento concreto, sino que se compone de una secuencia de tres partes: Nocturno, Crepúsculo y Vigilia. Pretende ser un himno a la noche, con su miedo, sus peligros y también sus certezas. Va encabezado por una cita de Claudio Rodríguez que dice "Bienvenida la noche, con su peligro hermoso". Así, trata de explicar la incertidumbre que nos produce el sueño, el encuentro con la amada, el deseo de no despertar... Y el desvanecimiento de ésta con la vigilia, que supone en sí un desenlace.
P. ¿Qué pensó al conocer la noticia del premio Adonais?
R. Yo estuve en el fallo, en Madrid. La verdad es que fui sin ninguna confianza, puesto que ya el año anterior había quedado finalista. Al oír mi nombre como ganador, sentí que formaba ya parte de una lista privilegiada, de ese plantel de nombres que ha dado el Adonais, como José Hierro, Antonio Gala, Francisco Brines, Antonio Colinas..., sin los cuales no se explica la segunda mitad del siglo XX en la poesía española. Fue muy grato saberme vinculado, de algún modo, a ellos. La avalancha mediática que vino después fue brutal y me ha enseñado la trascendencia real del premio.
P. ¿Qué importancia tienen los certámenes para un autor joven como usted?
R. Transmiten una enorme motivación.El hecho de que tu trabajo sea reconocido, aunque sea por seis personas en España, te afianza en la misma línea, te da confianza en tus posibilidades. Y al mismo tiempo, supone una presión, una responsabilidad, porque tienes que guardar ese nivel que conseguiste en tu próximo libro. Cuando ganas un premio eres más selectivo con lo que escribes.
P. ¿La poesía es necesidad, es vocación...?
R. Ambas cosas. Primero, es una necesidad. Con el tiempo, se convierte en una vocación. Es algo sin lo cual no podría vivir. Y espero que, con un poco de laboratorio, con rigor técnico, la poesía sea algo con lo que pueda ganarme la vida. La poesía es el género donde mayores márgenes significativos encuentro, donde me siento más yo. Su lenguaje es el que más expresa, el que permite transmitir o comunicar de un modo más profundo. Ningún género literario permite ese juego.
P. Usted se encuentra actualmente becado en la Fundación Antonio Gala de Córdoba. ¿Cómo es su vida allí?
R. Se trata de una fundación subvencionada por empresas cordobesas. La única pauta estricta son las comidas. Todo el resto del tiempo es libre, nadie ejerce ningún control estético sobre nosotros. El lugar es un convento del siglo XVII, silencioso, ídoneo para la escritura, donde se nos ofrecen todas las facilidades técnicas y una biblioteca bastante amplia. La convivencia con mis 18 compañeros es lo que más me enseña. Vienen a visitarnos artistas consolidados como Fernando Delgado, García Baena, García Alix, Antonio López o el propio Antonio Gala, y en esos debates que con frecuencia se alargan hasta la madrugada se aprende mucho. Lo más importante para mí son esos vínculos que se están creando entre nosotros, no sé si a la manera de lo que pasó en la Generación del 27.
P. En estos momentos está escribiendo también una novela.
R. Sí, pero va muy lenta. El título es provisional y prefiero no darlo. Será una novela bastante lineal, y en ella lo que me preocupa fundamentalmente es la forma. No es prosa poética, pero la roza. Pienso tomarme todo el tiempo que sea necesario, porque quiero que cada párrafo sea perfecto, al menos para mí.
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