El Ebro, de todos los españoles

Según la ministra de Medio Ambiente, "el Ebro pertenece a todos los españoles". Es más, todas las montañas, los ríos, los árboles y los animales pertenecen no sólo a los españoles, sino a todas las personas, por más propiedad privada que exista. Todo ello nos ayuda a conformar nuestra calidad de vida, pero mientras ésta sea definida en términos económicos o técnicos, difícilmente se podrá llegar a los niveles existentes en muchos países europeos. Así pues, los argumentos que se nos ofrecen para el trasvase, según se ha podido oír, son de esta índole.

Posiblemente, si los medios científicos permitiesen cambiar el clima de un día para el otro y esto ofreciera una rentabilidad de lo más alta, no dudo que harían de Cuenca, por ejemplo, un paraíso tropical sin escatimar en selvas. Es de lo más lícito considerar esta idea insultante, por cuanto cada territorio, cada clima, configura su cultura y su forma de ser (no al contrario), y una de las riquezas de las gentes es ver cómo han sabido sacar provecho de aquello que les venía dado. Así pues, señora ministra, ofrezca argumentos más sólidos y no desvíe el tema central generando disputas entre comunidades.