La nueva Unión Europea será más masculina
Los eurodiputados del Parlamento Europeo han puesto el grito en el cielo mediante la aprobación, en pleno, de un llamamiento a reaccionar rápidamente contra lo que se avecina: la drástica reducción del número de mujeres en las instituciones comunitarias. Cuando el próximo 1 de mayo la Unión Europea actual de 375 millones de habitantes y 15 países pase a ser un club de 450 millones de almas y 25 naciones, las mujeres volverán a quedar en alarmante minoría en los escaños de la Eurocámara, la única institución que eligen sin intermediarios los ciudadanos europeos mediante sufragio universal.
El Parlamento Europeo, con el 31% de diputadas en sus escaños, es una de las instituciones políticas más igualitarias del mundo, aunque en el ranking global le superan Ruanda (39%), Noruega (36,4%), Cuba (36%), Costa Rica (35,1%) y siete países de la actual UE (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Bélgica, Austria y Alemania).
La danesa Lone Dybkjaer se ha quejado de que a estas alturas haya incluso tres países -Estonia, Malta y Eslovenia- que no han enviado a Bruselas ni una mujer en sus delegaciones
Polonia es uno de los países que guardan mayor proporción femenina en los órganos políticos y uno de los que más mujeres han enviado a la Eurocámara como observadoras
En los 10 países (Polonia, Letonia, Eslovaquia, Estonia, República Checa, Eslovenia, Chipre, Lituania, Hungría y Malta) que en mayo del próximo año formarán parte de la Unión Europea, sumados a los dos que llegarán posteriormente (Bulgaria y Rumania) y a Turquía, que acaricia el proyecto de unirse algún día también al club, la proporción de mujeres que forman parte de los parlamentos nacionales es, con una media del 14,6%, mucho menor.
¿Cómo evitarlo?
Este dato hace temer a la Eurocámara un retroceso en la configuración resultante de las elecciones de junio del año próximo. ¿Cómo evitarlo? Los europarlamentarios, mediante un informe aprobado en pleno en octubre pasado, reclaman a los partidos de esos nuevos países comunitarios que impongan cuotas en sus listas electorales, y a todos los Gobiernos en general, que hagan campañas publicitarias que divulguen, por ejemplo, información, experiencias y lecciones sobre el concepto de democracia paritaria.
El llamamiento parlamentario no ha obtenido eco alguno en los Gobiernos europeos, ocupados como están en asuntos de mayor rango, como el peso político que tendrá cada uno en el seno de las instituciones o la forma en que se repartirán los fondos estructurales. Menor ha sido todavía la respuesta entre los países candidatos, que desde mayo pasado ya participan en las instituciones europeas como observadores sin derecho a voto. "Hemos visto un escaso interés entre los observadores y también en la Comisión Europea, que no mide con la misma vara este asunto frente a otras políticas que forman parte del acervo comunitario", dice la española Elena Valenciano, eurodiputada y portavoz socialista en la Comisión de Igualdad.
El nivel de representación política de las mujeres ha dibujado hasta ahora una línea ascendente, ganando espacio poco a poco a lo largo de los últimos años. Tal línea quedará quebrada por vez primera en mucho tiempo tras las próximas elecciones europeas. De hecho, ya ha sufrido tal quiebra en los escaños del Parlamento Europeo, donde desde mayo pasado participan los 10 países que se incorporan el año próximo a la UE. De los 162 observadores con escaño desde mayo, sólo 24 están ocupados por mujeres. La suma de todos arroja ahora una proporción global menor: 218 mujeres del total de 788 escaños; es decir, un 27,6%, por debajo de ese 31% logrado en 1999 para esta legislatura que está a punto de finalizar.
Quejas
La ponente del informe parlamentario, la danesa Lone Dybkjaer, se ha quejado de que a estas alturas haya incluso tres países -Estonia, Malta y Eslovenia- que no han enviado a Bruselas ni una mujer en sus delegaciones. En contrapartida, el país más poblado de los que próximamente entrarán en la UE, Polonia (40 millones de habitantes), es uno de los que guardan mayor proporción femenina en los órganos políticos y uno de los que más mujeres han enviado a la Eurocámara como observadoras. Sylwia Pusz es una de ellas. "En mi partido respetamos la norma de tener al menos un 40% de mujeres en las listas electorales, pero no sé cómo van a reaccionar los demás partidos y los demás países", explica Pusz. "Es política interna de los partidos introducir cuotas y es todavía demasiado pronto para saber qué ocurrirá en las elecciones europeas".
Ciertamente, Polonia tiene una alta representación femenina en su Parlamento nacional, pero los propios informes anteriores de la Eurocámara advierten del retroceso que ha sufrido este país, con la prohibición del aborto, el aumento del paro femenino y la ausencia de servicios de salud reproductiva.
Los socialistas de toda Europa quieren poner el acento en el posible retroceso de las mujeres a escala política continental en la próxima campaña electoral europea. "La divulgación de información sobre las experiencias y las lecciones aprendidas de la democracia paritaria tal como se ha introducido en las constituciones de Francia y Bélgica resultaría sumamente útil antes de las elecciones al Parlamento Europeo en junio de 2004", apunta el informe aprobado por la Eurocámara.
El Parlamento Europeo hubiera querido sacar adelante una directiva electoral con fuerza de ley para rectificar el curso de los acontecimientos en este terreno, pero ha sido imposible hasta ahora. Como fue imposible lograr nuevas conquistas en la redacción del proyecto de Constitución para Europa. El único paso adelante, como señala Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional, ha sido el artículo 26.2, que indica que cuando cada Estado miembro presente una terna de candidatos para optar a ser comisario europeo, los dos sexos deben estar representados en dicha terna. En estos momentos, el colegio de comisarios está formado por 20 personas, de las cuales sólo cinco son mujeres.
Igualdad de sueldo y trato
Por lo demás, el proyecto de Constitución, susceptible aún de cambiar, recoge la Carta de Derechos Fundamentales, que obliga a garantizar la igualdad de retribución y de trato y que recuerda la posibilidad de aplicar la discriminación positiva. La Conferencia Anual de la Red de Comisiones Parlamentarias para la Igualdad, reunida a finales de noviembre en Roma, recordaba que en línea con el proyecto de Constitución, la igualdad "constituye una piedra angular del modelo social europeo y es por tanto necesario que forme parte de las materias en las cuales la Unión tiene competencias junto a los Estados miembros".
En esta conferencia anual también se exigía aprovechar las próximas elecciones europeas para aumentar la representación femenina en las instituciones.
El resultado de las urnas dará la respuesta.
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