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Francia logra reducir un 23% los muertos en carretera

Los automovilistas franceses han modificado drásticamente su conducta en la carretera gracias al endurecimiento de las normas contra el exceso de velocidad y a la colocación de radares automáticos en la autopistas. Según una información publicada ayer por el diario Le Monde, el número de muertos en carretera ha descendido un 23% en 2003, cuando se pusieron en marcha las medidas, con respecto al año anterior. Los accidentes y los heridos han caído en un 20%.

Esta "revolución imperceptible" de la que habla el rotativo parisino puede salvar unas 2.300 vidas si se confirma a final de año la tendencia marcada durante 2003. Francia era hasta ahora un país con un grave problema en las carreteras, especialmente por el exceso de velocidad, aunque la cifra ha bajado lentamente desde 1972, cuando se alcanzaron los 16.545 muertos. Tanto es así que, siempre según esta información, en 2001 todavía tenía el récord de muertos por habitantes, 138,2 por cada millón. El Reino Unido es el más bajo, con 60,2% por cada millón.

El artículo se centra sobre todo en la novedad, muy comentada en Francia, de los radares automáticos, que fichan a los conductores sin necesidad de que haya un policía detrás colocando la denuncia. En el primer fin de semana de aplicación, los radares ficharon a 136.000 automovilistas, que recibieron a través de un proceso casi totalmente automatizado una multa de 90 euros. El objetivo era que a final de este año hubiera unos 100 radares de este tipo colocados.

Revuelo mediático

El impacto se multiplicó por el revuelo mediático que armó la decisión. Según una encuesta publicada por las revista Paris Match, la norma se convirtió en el principal motivo de conversación del 82% de los franceses, por encima de la subida del precio del tabaco o la guerra de Irak. Y además mejoró la maltrecha popularidad de Jean Pierre Raffarin, el primer ministro.

Los datos sobre las repercusiones de estos aparatos en los hábitos de los conductores son espectaculares. En la autopista entre Lille y París, una de las más utilizadas, los infractores del carril izquierdo pasaron del 81% al 11% en el mes de noviembre, y del 44,5% al 3,2% en el carril del centro. En una zona del sur de la autopista de París, limitada a 110 kilómetros por hora, la velocidad media pasó de 112,4 kilómetros por hora, antes de la instalación de los radares, a 93,3 kilómetros. En todas las carreteras se ha logrado un descenso medio de 10 kilómetros por hora, según Rafael Bartolt, responsable gubernamental del proyecto. El éxito ha sido tal que en 2004 se pondrán otros 450 radares, para llegar a 1.000 a finales de 2005.

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