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La policía decomisa 1,5 millones de compactos piratas en lo que va de año

Los agentes municipales han reventado 13 locales de falsificación en octubre y noviembre

Van en grupos de seis u ocho agentes. Pero de paisano. Pasan inadvertidos para la mayoría de los viandantes, pero se han convertido en el azote de los vendedores ambulantes de discos y DVD piratas en la capital. Su presencia, sobre todo en la almendra central de la ciudad, ha hecho que el top manta pase ahora por uno de sus peores momentos, sobre todo en estas fechas de navidades.

Este grupo de unos 70 agentes trabaja de siete de la mañana a tres de la madrugada, lo que supone que está operativo casi todo el día. Bien es cierto que la mayor incidencia de vendedores se produce a mediodía y a última hora de la tarde, lo que coincide con la apertura de los comercios y con una mayor presencia de posibles compradores de los manteros.

La forma de trabajar de los policías ha cambiado, según comenta uno de los responsables. "Antes deteníamos a los vendedores y les llevábamos a comisaría para instruir diligencias. Eso hacía que los agentes estuvieran fuera de la calle dos o tres horas". Ahora, sin embargo, los agentes prefieren decomisar la mercancía y dejar que se vaya el vendedor ilegal, lo que permite que los policías puedan estar más horas en la calle.

Muchos manteros ya conocen a los policías de paisano, por lo que, en cuanto les ven aparecer por la esquina de la calle, salen corriendo. Para no perder la mercancía, han ideado un dispositivo: han cosido dos cuerdas a la manta en la que exponen los discos compactos y los DVD falsificados para así poder escapar de los policías. En esta maniobra suelen perder algún ejemplar, ya que el sistema no resulta perfecto.

"La presencia policial se percibe ya desde hace varios días. Antes, el centro estaba plagado de vendedores y no se podía ni andar porque estaban todas las aceras llenas", explica uno de los agentes del dispositivo anti-manta. Los vendedores del material pirateado suelen proceder de África, en especial de Senegal y Marruecos. Además, ahora ha llegado gran número de inmigrantes procedentes de Italia, donde las autoridades se han marcado como objetivo erradicar este comercio irregular. "La comunidad china también está empezando a copar este mercado ", señala otro agente.

Y es que comprar un disco compacto o un DVD puede suponer un gran ahorro para el consumidor, que a veces llega a desembolsar sólo un 10% del precio en el mercado. Pero, desde luego, a quien le sale más rentable es al vendedor y a todas las mafias organizadas que hay tras ellos. Una copia ilegal sale como mucho por 50 céntimos de euro y se vende entre dos y tres euros. Por medio, se queda dinero para el tostador (persona que falsifica los discos y que suele hacerlo de ocho en ocho a la vez) y al distribuidor. "La calidad ha bajado bastante, lo que ha repercutido en un precio muy barato. Antes daban fundas de plástico rígido y con fotocopias en color de la carátula original, pero ahora se meten en simples fundas de plástico y a veces dan hasta el compacto casi suelto. El cliente no exige tanta calidad como antes", añade un mando policial. "Además, los hacen de forma tan industrial que algunas pistas de los DVD o algunas canciones de los compactos no son leídos por los reproductores. Esto se traduce en que los compradores se quedan sin esa parte del disco", añade. "Si no pusiéramos coto a estas ventas ilegales, llegaría un momento en que no se podría ni andar por las calles", concluye el agente.

Y el dinero que se embolsa el mantero. Según algunos cálculos de la Policía Municipal, algunos pueden llegar a vender entre 2.400 y 3.000 euros al mes, lo que supone un pingüe negocio a costa de los cantantes, las discográficas, las distribuidoras y las tiendas que los venden. "En esta lucha también están cobrando mucha importancia las unidades de los distritos más periféricos. Hemos detectado que, como estamos presionando en la zona Centro, muchos vendedores se están desplazando a otros distritos. Y esas unidades están trabajando muy bien. Los resultados no son tan llamativos como puede darse en Centro, pero son igual de importantes", señala el mando policial. De hecho, la Unidad Integral de Carabanchel decomisó recientemente 150 compactos en la calle de la Oca y otros 600 en la calle de Laguna. De enero a noviembre, la Policía Municipal ha decomisado 1.457.000 discos compactos. Sólo en los dos últimos meses ha reventado 13 locales donde se falsificaban estos productos.

Los agentes se distribuyen de dos en dos y caminan a una cierta distancia para poder controlar el espacio de la calle donde están los manteros. A veces también entran por los dos sentidos de la calle. De este modo evitan que los vendedores huyan a la carrera. Muchos de ellos logran escabullirse entre los coches o cruzando peligrosamente por la calzada. Los despistados son los que suelen ser pillados. "Deme un recibo de todo lo que me ha cogido", protesta un senegalés a los agentes. "Si hacemos eso, vas detenido y a comisaría acusado de cometer un delito contra la propiedad intelectual", le responde expedito el policía. El inmigrante agacha la cabeza y se marcha. "Prefieren perder la mercancía antes que estar detenidos", confiesa después el jefe del dispositivo.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta la policía es la venta a domicilio. Los manteros están reconvirtiéndose y ahora apuestan por entrar en los bares y restaurantes y ofrecer su ilícita mercancía a los clientes. Los éxitos de Isabel Pantoja, Álex Ubago o Michael Jackson son ofertados en mano ante la mirada de los dueños de los bares. "Eso sí que es mucho más difícil de detectar. Además, las cantidades que decomisamos en esas actuaciones son muy pequeñas. No pasan de 200 o 300, mientras que a un mantero le quitamos de media unos 1.500", añade otro agente.

Furgonetas de reparto

"Las mafias lo tienen tan bien organizado que hemos detectado que, en cuanto les quitamos la mercancía, hay algunas furgonetas que les reponen la mercancía casi de inmediato. Ése también es nuestro principal objetivo", añade un agente municipal. "Otro problema que tenemos es que los vendedores no son violentos si van en un número pequeño. Pero si se juntan 10 o más, se encaran contra nosotros y muchas veces hemos tenido que salir corriendo o pedir refuerzos. Además, la gente les apoya y nos encontramos con más problemas", concluye el mando policial.

La mercancía decomisada pasa a los almacenes del Ayuntamiento de Madrid, donde es recontada. Cuando hay una cantidad considerable de unidades, se destruye en Valdemingómez.

La manta, en el armario

Día 24 de diciembre. Faltan menos de 12 horas para que Papá Noel baje por las chimeneas de miles de hogares de Madrid. Uno de los regalos estrella serán discos compactos. Al menos eso es lo que aseguran las empresas discográficas: que más de la mitad de lo que venden durante todo el año se despacha durante las fiestas de Navidad.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró que impediría la presencia de los top manta en la zona centro durante la Navidad. Ha tardado, pero parece que lo ha conseguido. Porque el pasado día 4, horas antes de que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, celebrara el 25º aniversario de la Constitución en la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol -sede de la Presiden-cia de la Comunidad-, a las puertas del edificio una gran manta se extendía por la acera de la contigua calle de Carretas hasta la plaza de Jacinto Benavente. En ella, varias personas desparramaban paraguas, bufandas de imitación de marcas prestigiosas, discos compactos tostados, DVD... Toda una orgía de la falsificación.

El miércoles, la cosa era distinta. Policías municipales patrullaban por Sol y arriba y abajo de la calle de Preciados, tomada por ciudadanos que hacían sus últimas compras para depositar bajo el árbol de Navidad. Los quiosqueros de la zona lo confirmaban: "Desde que comenzó la Navidad, no es lo mismo".

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