"Juan Carlos era camionero y se dirigía al trabajo", declara el familiar de un fallecido

La Policía Municipal se topó ayer con numerosos problemas para hallar a los familiares de los fallecidos en la calle de Embajadores. Las cuatro víctimas portaban sus respectivas documentaciones, pero los domicilios que constan en ellas estaban vacíos o no se correspondían a sus casas habituales, según fuentes de la investigación.

Los agentes lograron localizar al dueño del Renault 21, Juan Carlos Solís Lázaro, de 37, cuyo domicilio estaba en Urnieta (Guipúzcoa), a través de su familia, que reside en su pueblo natal, en el municipio cacereño de Montánchez. Un cuñado suyo señaló ayer a EL PAÍS que Solís estaba casado desde hacía "muchos años" y que tenía un hijo de 10 años. "Juan Carlos era camionero y en ese momento iba al trabajo", señaló este familiar. Estas declaraciones contrastan con los primeros indicios de la Policía Municipal de que los fallecidos iban a comprar dosis en el hipermercado de la droga de Las Barranquillas (Villa de Vallecas). "Su esposa había venido aquí [Unrieta] a pasar las Navidades y el tenía previsto viajar mañana [por hoy] para estar con nosotros la Nochebuena", añadió el familiar.

Otro de los fallecidos es Chafik Johry, de 32 años. En su documentación figura que residía en la calle de Roma, en Villamanta. Sin embargo, los agentes locales de este municipio se presentaron varias veces ayer en esta casa y no hallaron a nadie. La tercera víctima es Gonzalo Helguera Mauri, de 40 años. La Policía Municipal de Madrid se desplazó ayer a Collado Villalba y buscó sin éxito a personas que pudieran conocer al fallecido.

Algo similar ocurrió con Raúl Sinoval Vélez, de 37 años, el herido que ayer permanecía ingresado con pronóstico extremadamente crítico en el hospital Doce de Octubre. La policía averiguó que residía en la calle de la Palma número 37 (distrito de Centro), pero allí nadie le conocía ni residía nadie más en su domicilio.

Gran cantidad de dinero

La policía halló en el interior del vehículo y entre las ropas de las víctimas gran cantidad de dinero, en moneda rumana y en euros, lo que refuerza, según fuentes de la investigación, que las víctimas se dirigieran por la calle de Embajadores a Las Barranquillas. "Las autopsias [que les serán practicadas hoy en el Instituto Anatómico Forense] serán las que determinen si consumían estupefacientes o no", señalaron dichas fuentes.

El choque mortal de ayer es similar al ocurrido el 28 de julio de 1998 en un paso de peatones de Atocha, cuando los ocupantes de una cunda (dos hombres y una mujer) perdieron la vida y otro resultó herido grave al precipitarse el Peugeot 205 en el que viajaban en el subterráneo. Antes había golpeado un puesto de la ONCE, arrancó 11 metros de valla metálica, desgajó un banco y se precipitó escaleras abajo.