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El arzobispo de Canterbury critica los abusos de la ley antiterrorista del Reino Unido

La polémica desatada por el Guantánamo británico, la ley antiterrorista que permite la detención indefinida de extranjeros sospechosos, conocida como el Guantánamo británico, ha subido de tono en los últimos días. Ayer se supo que el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, piensa criticar la ley en su primer sermón de Navidad desde que lidera la Iglesia anglicana.

El jueves pasado, un comité interpartidario del Parlamento de Westminster urgió al ministro del Interior, David Blunkett, a modificar la ley, aprobada en diciembre de 2001. El Gobierno alegó entonces la necesidad de disponer de poderes especiales para luchar contra el terrorismo después de los atentados del 11 de septiembre.

La ley se ha aplicado a 17 sospechosos extranjeros desde que se aprobó. De ellos, dos han aceptado la opción de marcharse a otro país, uno ha sido acusado y está a la espera de juicio y los otros 14 siguen en prisión, sin que se les haya acusado de nada. Simplemente son sospechosos de estar vinculados al terrorismo, sin que el Gobierno tenga pruebas suficientes para llevarles ante la justicia ni datos en los que apoyarse para expulsarlos del país. La ley contraviene la Convención Europea de Derechos Humanos, pero el Gobierno se ha acogido a su derecho a dejar en suspenso la cláusula correspondiente alegando que se trata de una situación excepcional.

Dos años detenido

La prensa relata estos días el caso de Mahmoud Abu Rideh, de 30 años, que nació en un campo de refugiados palestinos y, después de un turbulento pasado que le hizo vivir desde que tenía 15 años hasta cumplidos los 20 en una cárcel israelí, llegó a Gran Bretaña en 1995 junto a su mujer Deenah. Antes, tras salir de las cárceles israelíes, pasó unos años en Afganistán y Pakistán.

El Ministerio del Interior le tiene por una persona próxima a Bin Laden, y le acusa de haber luchado junto a los Mujaidines del Pueblo, organización armada iraní. Él lo niega todo, salvo que los hijos de Bin Laden estudiaron en la escuela que él ayudó a levantar en Afganistán, según el diario The Guardian, que le considera un "prisionero secreto" tras dos años de detención sin cargos.

El arzobispo quiere denunciar en su sermón la ley que permite que detenidos puedan pasar encerrados en una celda 20 horas al día, sin que haya cargos en su contra. Rowan Williams cree que esa ley es un pésimo mensaje para los musulmanes del Reino Unido. Se les pide que abracen la tolerancia y el pluralismo, al tiempo que se hace leyes especialmente pensadas contra ellos que van a acabar radicalizándoles, opina el líder anglicano.

Rowan Williams también se ha manifestado contrario a la detención de nueve musulmanes británicos en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba). Detenidos desde fines de 2001, aún no han sido acusados formalemtente y no tienen derecho a una defensa.

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