El miedo se queda a vivir en Heliópolis
Está visto que jugar en el campo del Betis es para los demás equipos como irse de gangas a unos grandes almacenes: te rodea un montón de gente con cara avinagrada y te llevas lo que quieras por un módico precio. La semana pasada fue el Valencia. Y ayer el Villarreal, sin trabajar casi nada, se llevó los tres puntos de Heliópolis y las ilusiones de los que no tienen más remedio que quedarse allí a vivir. Con el miedo que se pasa.
Víctor Fernández intentó imaginarse una media que interrumpiera los probables pases interiores de Riquelme sin reducir efectivos para tapar las carreras de los superdotados físicos, José Mari, Anderson y Guayre. Fernando y Capi poblaban la medular e Ito se añadía a los defensas. Un intento loable que funcionó poco.
BETIS 1 - VILLARREAL 3
Betis: Contreras; Varela, Juanito, Lembo, Rivas; Ito; Joaquín, Fernando, Capi (Arzu, m. 55), Ismael (Denilson, m. 55); y Dani (Palermo, m. 67).
Villarreal: Reina, Quique Álvarez, Ballesteros, Coloccini, Arruabarrena; Guayre (Arzo, m. 93), Josico, Riquelme, Roger (Víctor, m. 68); José Mari y Anderson (Xisco, m. 93).
Goles: 0-1. M. 75. Anderson resuelve un barullo.
1-1. M. 80. Juanito, de cabeza.
1-2. M. 87. Guayre, a pase de Víctor.
1-3. M. 93. Guayre, de disparo seco.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestá a Arruabarrena, Quique Álvarez y José Mari y expulsó a Lembo por doble amonestación (m. 76).
Unos 35.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
El problema no está en los sistemas. Hay equipos maravillosos y otros de cachondeo que juegan con el mismo dibujo. Pero un sistema es sólo la tienda en la que se trabaja el fútbol, no el trabajo en sí. Hay que habitarla y no cerrar las puertas entre sus dependencias. Tiene que haber fluidez, mental y física, para trabajar en un lado o en otro según convenga. En el Betis parece que los currantes no se hablen entre ellos. Ni siquiera con el jefe de planta.
El Villarreal tampoco hizo casi nada memorable. Roger dio un curso de fútbol sin brújula y desperdició su banda. Riquelme mostró perlas de su gran calidad, pero, al parecer, no tenía nada de qué vengarse con el Betis. La salida de Víctor en la segunda mitad dio sentido a su ataque y ahí fraguó la victoria. Las llegadas de Guayre, desde la izquierda, tras sumarse Víctor por la derecha y José Mari y Anderson acabaron con la defensa bética, que, además, se quedó con un hombre menos nada más recibir el primer gol.
La reacción bética fue de orgullo -con la excepción de Joaquín y la espléndida contribución de un mermado Denilson-, pero falta de fútbol. Tras el empate, Reina salvó al Villarreal en dos paradones consecutivos. Un disparo lejano del elogiable Ito mereció ser gol.
Pero éstos llegaron del lado de los que saben donde tienen sus herramientas y como prestárselas unos a otros. El Villarreal fue superior levemente en el juego, pero enormemente en el marcador, y fulminó a un Betis que amenaza con cerrar el chiringuito.
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