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La Asamblea de IU comienza con expectativas de consenso

Carlos E. Cué

Izquierda Unida comienza hoy su VII Asamblea con unas inusuales expectativas de consenso entre las principales familias de la formación. Hasta última hora de la noche de hoy se mantendrá la incógnita y continuarán las negociaciones, pero todos los dirigentes consultados creen que lo más probable es que se llegue a un acuerdo que implique al menos el 80% de apoyo de la Asamblea, una cifra a la que ni siquiera se acercó Julio Anguita en sus mejores momentos.

La negociación se produce a tres bandas. Por un lado, la mayoría de Gaspar Llamazares, el coordinador general. Por otro, el bloque de Francisco Frutos, secretario general del PCE, que exige para pactar tener los mismos representantes que Llamazares en la lista de los 75 miembros del Consejo Político Federal que se eligen el domingo. Y por otro, un grupo heterodoxo, formado por los sectores más críticos y una parte del grupo de Llamazares, liderada por el diputado Luis Carlos Rejón, que ahora amenaza con presentar una lista alternativa.

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Todo se decidirá a última hora, como ya sucedió en el congreso del PCE, en marzo de 2002. Entonces fue Llamazares, allí en minoría, quien amenazó hasta última hora con romper el pacto para garantizarse un mayor poder.

Un total de 880 delegados llegados de toda España se reunirán en Madrid para debatir el futuro de IU y elegir a su nueva dirección. El lema será "capaces de soñar, capaces de gobernar". Llamazares pretende romper con la dinámica del "programa, programa, programa", que dio buenos resultados electorales, pero lejos del poder. Ahora, con una representación electoral muy débil (por debajo del 6%, frente al 11% de los años 90) está presente sin embargo en los Gobiernos de Cataluña, Asturias y el País Vasco.

Mariano Santiso se va

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Pese al aparente consenso, forzado por la situación de debilidad electoral de IU, Llamazares también tiene críticos. El giro ecosocialista no es bien asumido en algunos sectores del PCE. Pero sobre todo se le reprocha que no controle a las federaciones -sobre todo a la del País Vasco- y que haya abandonado el modelo de formación abierta por un liderazgo personalista, propio de un partido clásico.

Precisamente ayer, y con estos argumentos, Mariano Santiso, conocido dirigente de IU, que llegó a ser secretario de organización en los 90 y respetado diputado, anunció que abandona la federación por diferencias políticas con la dirección, especialmente en la posición en Euskadi. Hasta ayer era secretario de Industria. Deja la organización en la que ha estado 24 años (incluyendo su etapa en el PCE) pero promete no abandonar la política activa, a través de su colaboración en medios de comunicación.

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