Una Vuelta de autor
Unipublic recurre a ex figuras como Delgado o Belda para diseñar la ronda ciclista
Ante las críticas, acción directa. A la gente de Unipublic, la empresa organizadora de la Vuelta ciclista a España, le pitaron en exceso los oídos durante la pasada ronda por el gran número de comentarios negativos que suscitó el trazado. Que si las llegadas en alto tenían lugar en puertos descafeinados, que si se llevaba al pelotón por autovías, que si se pasaba de los pueblos y de las carreteras comarcales, que si se marchaba por caminos trillados, que si faltaba imaginación... Una situación poco agradable que la empresa de Enrique Franco ha tratado de evitar en la edición de 2004, que saldrá de León y que hoy se presenta en Madrid. Para ello han forzado a algunos de los críticos a saltar al ruedo y diseñar etapas insuperables. "Y algunas emboscadas ya hemos preparado", dice Perico Delgado, uno de los críticos retados.
Vicente Belda, el director del Kelme, que durante la pasada Vuelta habló a veces de la monotonía de las etapas, recibió hace un par de meses la llamada de uno de los diseñadores de Unipublic. "Queremos hacer una etapa bonita por Alicante. Saldrá de Xàtiva y terminará en Aitana", le dijeron; "dinos por qué carreteras deberíamos ir". Y Belda se lo dijo. Les habló de Tudons, un puerto inevitable por la zona -ya se ascendió en 2001, cuando la Vuelta descubrió el puerto de Aitana, una base militar-; les habló de Benifayim, otro puerto conocido, y también les habló de su particular toque, del detalle que cambiaría toda la etapa. "Hay una carretera estrecha por la que nunca ha pasado una carrera, pero que mis ciclistas utilizan para entrenarse y que está muy bien", les dijo; "sube un puerto nuevo, el de Torremanzanas, que, sin ser extraordinario, obligará a meter el 23 en kilómetro y medio. Esto hará la etapa más dura que hace dos años".
La sugerencia de Belda fue aceptada. Como también lo fue la de Juan Martínez Oliver, rodador almeriense que ganó una contrarreloj del Tour de 1988 y que es ahora el director del Paternina. "Me preguntaron qué puerto bonito había por Almería y les hablé de Calar Alto", cuenta Oliver. A Calar Alto, a 2.168 metros, tres cúpulas de observatorio astronómico brillando blancas al sol que convierte a la sierra de los Filabres en un desierto, es adonde van los de Almería a ver la nieve. También es un puerto de 20 kilómetros. "Por un lado es bastante tendido, como Sierra Nevada. Pero, por otro, es más escarpado. No sé cuál elegirá Unipublic", añade.
Paco Cabello, del Kelme, ha buscado una ruta alternativa y más dura para la cronoescalada de Sierra Nevada, por El Purche y Monachil, y el ex corredor bejarano Lale Cubino repite con su sugerencia de La Covatilla, visitada hace dos años.
Mientras tanto, Delgado ha logrado lo impensable: dar otra vuelta de tuerca a una zona tan conocida como Navacerrada: "No sé si saldrá la idea, porque se trata de un camino forestal que necesita asfaltarse. Pero, si sale, será una emboscada tremenda. Parte de Revenga y atraviesa los pinares de Valsaín. Son dos puertecillos de tercera, cortos, pero muy duros, del 11%. Y termina en la primera revuelta de Navacerrada. Será tremendo".
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