La avenida de Roma se reformará sin esperar al AVE

Precisamente la entrada del tren de alta velocidad en la ciudad fue uno de los motivos por los que la reforma de la avenida saltó del calendario municipal del mandato pasado. Ahora, ni los responsables del distrito, empezando por la concejal Assumpta Escarp, ni los vecinos quieren que vuelva a ocurrir algo parecido.

La avenida de Roma tiene el mismo diseño desde su creación, cuando se cubrieron las vías de la línea ferroviaria que llegaba desde la estación del Norte. Fue en 1971 y se hizo en dos fases. La primera, desde Urgell hasta Calabria, corrió a cargo del Ayuntamiento. Desde Calabria, Renfe asumió la urbanización de la calle de forma simultánea a la construcción de la estación de Sants. Eran tiempos en los que el coche se empezaba a imponer en el urbanismo, y por eso la avenida tiene un diseño que presenta un gran espacio para los vehículos y espacios desconectados para los peatones. En la avenida hay pequeños espacios ajardinados y una zona infantil infrautilizados "precisamente porque están rodeados de coches", explica Jordi Ribó, de la Asociación de Vecinos de la Izquierda del Eixample.

Las dos manzanas por donde empezará la reforma son las que soportan la mayor densidad de tráfico: en el tramo entre Casanovas y Urgell circulan a diario 39.000 vehículos, densidad que baja a 17.000 desde Urgell hasta la plaza de los Països Catalans.

El proyecto básico que se ejecutará en una primera fase mantiene un solo sentido de circulación, hacia Sants, pero incluye cambios importantes en los espacios públicos. La acera de la montaña crecerá sensiblemente para acoger un espacio ajardinado, carril bici y el acceso a los aparcamientos de los edificios. Ese esquema de urbanización es el que se pretende repetir en los siguientes tramos, aunque el inicio de esa fase está en el aire porque depende de las obras del AVE. "Ya es hora de acabar con un espacio que casi se había convertido en un aparcamiento al aire libre y de difícil acceso para los peatones", sostienen desde la asociación de vecinos. Incluso el carril bus del lado montaña de la avenida está prácticamente inutilizado por la presencia de vehículos estacionados incorrectamente.

En el entorno de la avenida de Roma, los responsables del distrito piensan pacificar (reducir el tráfico motorizado en favor de los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público) la calle de Rosselló y el tramo superior de la calle de Comte de Borrell. Responsables del distrito apuntan que la idea de pacificar ciertas calles del Eixample no es práctica porque la circulación de vehículos de motor se desplazaría a otras vías.