Bruselas condiciona una ayuda a que no se detraiga agua del Ebro

El trasvase Júcar-Vinalopó contará con 80 millones de euros de fondos comunitarios siempre y cuando la cuenca del Júcar no detraiga agua del Ebro. Es la condición que la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea impone al proyecto, en base a las normas europeas en vigor. Los dos comisarios implicados en el Plan Hidrológico, Michel Barnier y Margot Wallström, comparecen en el Parlamento Europeo hoy por la tarde.

Las obras del trasvase Júcar-Vinalopó están presupuestadas en 230 millones de euros. Bruselas puede financiar el 30% si se da el visto bueno desde la Dirección General de Política Regional, que dirige Barnier. Pero para dar luz verde al proyecto, España deberá respetar las siguientes condiciones:

- Ningún aporte de agua a la cuenca del Júcar para compensar el agua detraída de este río hasta 2020. Si más adelante se constatasen necesidades de agua, España "deberá resolver este problema con los recursos propios de la cuenca hidrográfica del Júcar".

- "Antes de proceder al trasvase previsto Júcar-Vinalopó se elaborarán estudios sobre el caudal ecológico del río Júcar y, llegado el caso, estos caudales deberán estar garantizados antes de cualquier trasvase".

- No habrá trasvase desde el Ebro, ni directo ni indirecto, hacia la cuenca hidrográfica del Júcar para compensar pérdidas de caudal,puesto que en principio el agua a transferir debe proceder del ahorro de agua de riego.

Bruselas hace notar también que todavía está a la espera de conocer los cálculos sobre las superficies de riego actuales y los excedentes del cauce del Júcar (sólo hay datos hasta 1985, según la Comisión).El Ministerio español de Medio Ambiente rechaza que las condiciones impuestas por Bruselas sean tales, si bien advierte que aún no ha recibido oficialmente el documento de Bruselas. "Este trasvase no tiene nada que ver con el del Ebro; por tanto, sobra decir que no haya desvío de agua de uno a otro", aseguró una portavoz oficial.

En cambio, para la responsable socialista de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el hecho de que la Comisión Europea dé luz verde a la financiación de un proyecto al que impone tantas condiciones es la demostración palpable de la presión a la que el Gobierno de Aznar está sometiendo a las autoridades europeas.