Atutxa expulsa al portavoz socialista en el Parlamento vasco

La oposición vasca cree que el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, está "sobrepasado" por su "situación personal" y le considera por ello "incapacitado" para dirigir el trabajo de la Cámara. El PP tramitó ayer mismo la petición formal de su dimisión mientras el PSE-EE, a cuyo portavoz, Rodolfo Ares, expulsó ayer del pleno, le pidió que él mismo delegue en un vicepresidente, como prevé el artículo 25 del Reglamento de la Cámara.

En una nueva bronca con diputados de la oposición de las que se repiten pleno tras pleno (el 24 de octubre expulsó por dos plenos al presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz) Atutxa echó ayer al portavoz socialista, Rodolfo Ares. Lo hizo cuando éste le atribuía una actuación parcial y favorecedora del Gobierno por haber impedido que se votara la devolución o no de un proyecto de ley, el de la autoridad del Transporte, como prevé el reglamento y ha hecho hasta ahora la Cámara vasca.

Atutxa informó después, en una comparecencia ante los periodistas, de que en adelante ningún proyecto de ley será sometida a ese tipo de votación y de que toda enmienda a la totalidad será siempre votada separadamente de las demás.

El presidente del Parlamento vasco, que usó excepcionalmente esa vía en 2001 para evitar la devolución de los Presupuestos, dada la situación minoritaria del Gobierno en la Cámara, justificó su decisión de ayer en la "coherencia". Lo cierto es que, incluso en los dos años transcurridos desde entonces, los proyectos de ley ordinarios se han sometido a esa votación de devolución y que la decisión de Atutxa deja de hecho sin sentido la existencia del artículo 111.1 del Reglamento de la Cámara.

Ordenación de los debates

El citado artículo, referido a las deliberaciones en pleno, dice: "...Concluido el debate, el Presidente someterá a votación la devolución del Proyecto al Gobierno...". Para su decisión de ayer, que modifica el procedimiento reglamentario y observado históricamente, el presidente se ampara en el artículo 113, que le faculta para "ordenar los debates y las votaciones".

Atutxa se enzarzó en sendas discusiones con los portavoces del PSE-EE y el PP, a los que cerró intermitentemente el micrófono y denegó las peticiones de lectura del Reglamento.

El episodio con Rodolfo Ares terminó con la expulsión y su salida airada del hemiciclo, mientras alzaba la voz para acusar a Atutxa de un "intolerable" comportamiento "siempre a favor del Gobierno" vasco. Todos sus compañeros de grupo salieron tras él y a continuación lo hicieron los diputados populares, que presentaron la proposición de dimisión de Atutxa.

En ella le acusan de violación de la legalidad; sanciones y expulsiones de diputados de la oposición; alteración de los procedimientos en favor del Gobierno; trato de favor a consejeros y parlamentarios del tripartito y obstaculización a los de la oposición. El PP considera que "no se ajusta a las normas de neutralidad y seguridad jurídica" exigibles. Los populares piden trámite de urgencia por "la gravedad de la situación creada por el presidente" y "el deterioro de la institución".

El Grupo Socialista compareció al completo y denunció que a Atutxa "le pueden la venganza y la ira contra quienes le exigen que cumpla su obligación". Se halla "superado por su situación personal", en referencia a la imputación por desobediencia en relación a la disolución del grupo heredero de Batasuna, además de "absolutamente vendido" al Gobierno vasco, afirmó Ares. Todo ello "le inhabilita" para el cargo. "Él mismo debería darse cuenta de su estado de ánimo y pensarse no seguir", dijo.

Atutxa contestó que su termómetro es "la respuesta de la calle" y recordó la victoria de PNV-EA en las elecciones de 2001.