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El consenso político se somete a prueba en el Parlamento

La gran coalición de políticos alemanes del Gobierno SPD-Verdes y de la oposición, democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP), se mostró ayer satisfecha con el acuerdo para una reforma fiscal y laboral que este viernes se convertirá en leyes tras la aprobación definitiva en las dos Cámaras legislativas, Parlamento Federal (Bundestag) y Consejo Federal (Bundesrat).

El canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder (SPD), reconoció que el compromiso no cumple con lo deseado por unos u otros, pero es una decisión importante "para llevar adelante el desarrollo coyuntural de Alemania. Ésta es la señal que esperaba la gente en Alemania y creo que es un éxito de los esfuerzos conjuntos".

Schröder afronta este viernes un examen importante de la solidez de su mayoría parlamentaria. El acuerdo de los jefes de los partidos necesita la aprobación formal de la Comisión de Mediación previsto para hoy. El viernes el acuerdo de mediación volverá al Parlamento Federal (Bundestag), donde lo aprobará la gran coalición del Gobierno y la oposición.

No obstante, Schröder y su Gobierno quedarían en evidencia si no consiguen una mayoría propia y tienen que contar con los votos de la oposición para sacar adelante las leyes. Diputados de la izquierda del SPD y alguno que otro de Los Verdes podrían votar contra las leyes laborales que vuelven al Bundestag endurecidas con las exigencias de la oposición en la Comisión de Mediación.

Bueno para todos

La jefa de la Democracia Cristiana, Angela Merkel (CDU), manifestó que está contenta porque el acuerdo logrado "combina lo deseable con lo factible". Merkel expresó su satisfacción por "un resultado constructivo que lleva la firma de la CDU y abre opciones para un crecimiento con una financiación sólida".

Por su parte, desde Múnich, el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber (CSU), candidato derrotado en las elecciones de septiembre de 2002, destacó la importancia de haber logrado una rebaja de impuestos "no financiada de gorra" y con menos de un 25% de endeudamiento público.

El jefe de los liberales, Guido Westerwelle (FDP), calificó de "buen resultado para todos" el compromiso. Según Westerwelle, tiene especial importancia que los parados de larga duración tengan que aceptar cualquier trabajo. No comparten bajo ningún concepto estas opiniones los de los grupos de lucha contra la globalización Attac. Sven Giegold, del comité federal de coordinación del movimiento, calificó el acuerdo de "catastrófico".

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