Carreteras que huelen a tigre
Estacas con olor de depredadores evitan que los animales crucen la calzada y causen accidentes
El vilipendiado olor a tigre, asociado irónicamente a las grandes concentraciones humanas, empieza a proliferar en las cunetas de las carreteras catalanas. El parque de los Aiguamolls de l'Empordà (Alt Empordà) ha iniciado la instalación de estacas impregnadas con olor de grandes depredadores -una mezcla de tigre, lobo y oso- para evitar los accidentes de tráfico que pueden producirse cuando algunos animales cruzan las carreteras. Los gamos y los jabalíes son los principales destinatarios de una campaña, de probada eficacia en Europa, que en los próximos años podría extenderse por las principales zonas de fauna de Cataluña.
Las estacas de madera, impregnadas de una especie de espuma de poliuretano que desprende un intenso olor, se disponen a una distancia de unos cinco metros entre ellas, a un lado y otro de la carretera. No se trata tanto de una barrera impermeable para impedir el paso a los animales como de una señal de alerta que los hace desconfiar. "Si las estacas actuaran como una barrera total, no haríamos más que trasladar el problema a otra parte y cortar unas vías de tránsito que son habituales en muchas especies", asegura Josep Espigulé, director del parque de los Aiguamolls. Cuando los animales se acercan a las estacas, desconfían y se ponen en guardia. Eso hace que, en la mayoría de los casos, esperen a cruzar la carretera hasta el momento en que no oyen el menor ruido. El olor debe renovarse cada mes y medio para que no pierda efectividad. Estas estacas se combinan con una señalización vertical que reclama una reducción de velocidad a los conductores. Las estacas se han plantado en una de las zonas de más de incidencias con animales, la carretera C-260 entre Castelló d'Empúries y la urbanización de Empuriabrava. También se ha ensayado un sistema de barrera reflectante en la carretera que une Sant Pere Pescador con Castelló d'Empúries. Se trata de unos triángulos de acero inoxidable que, en contacto con los faros de los vehículos, emiten unos destellos que se asemejan a los de los ojos acerados de un depredador.
La experiencia se pone en marcha en un punto conflictivo de la C-260
La medida, impulsada con la colaboración de la Federación de Cazadores y la Dirección General de Caza, ya mostró su efectividad durante el verano del año pasado en una zona de una carretera de Banyoles en la que la siniestralidad era elevada por el paso de jabalíes. Es precisamente la gran proliferación de jabalíes la causa de buena parte de los accidentes con animales que tienen consecuencias graves para los conductores. Hay quien habla de la aparición de una nueva raza híbrida de animales que procrea con más facilidad y teme menos al hombre, pero no hay acuerdo sobre su existencia. "Lo cierto es que ahora las cerdas tienen muchas más crías que antes y están preñadas todo el año", asegura Espigulé.
El parque de los Aiguamolls constituye una especie de oasis de flora y fauna rodeado de una densa urbanización. De ahí que se intente encontrar métodos para conseguir una buena convivencia entre la naturaleza virgen y el progreso. De momento, las mayores agresiones que sufre el parque proceden de especies ajenas al territorio. El visón americano está ocupando las zonas de caza y depreda las presas de turón autóctono. En cuanto a la flora, la mayor agresión procede de los jardines. Los vistosos plumeros blancos ornamentales se han convertido en una especie oportunista que empieza a amenazar a otras plantas de la zona. Sus semillas se diseminan por el parque y arraigan en cualquier parte.
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