Otro manifiesto y un debate reavivan la polémica sobre la Cripta Güell

La polémica sobre la restauración de la Cripta Güell, de Antoni Gaudí, no amaina. Al contrario. El pasado miércoles se celebró un debate organizado por la asociación SOS-Monuments en la Casa Ametller de Barcelona en el que se enfrentaron los defensores y detractores de la restauración realizada. En la web de la asociación Gaudí i Barcelona club de Internet (www.gaudiclub.com) también se ha iniciado la recogida de firmas de adhesión a un manifiesto encabezado por el profesor Rainer Graefe y firmado por otros 31 arquitectos de Austria, Alemania, Rusia, Holanda e Inglaterra, entre otros países, que piden la eliminación de las intervenciones realizadas por el servicio de Patrimonio Local de la Diputación de Barcelona. Las obras de restauración de la cripta debían continuar este mismo mes de diciembre en el interior de la iglesia, pero el párroco de ésta ha denegado la autorización a la espera de que se definan los usos de la cripta, que se ha convertido en una estrella turística a raíz del éxito del Año Gaudí. Esta paralización puede hacer peligrar las aportaciones estatales para la continuación de las obras, lo que preocupa al consorcio de la Colonia Güell.

La semana pasada, el profesor José Luis González, miembro del equipo que ha intervenido en la restauración de la cripta, dictó la última de las ocho clases que ha dedicado a esta intervención en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB). González invitó expresamente a los otros profesores de la escuela críticos con la intervención para que pudieran criticarla públicamente, pero ninguno de ellos recogió el guante. Tampoco él asistió al debate de SOS-Monuments porque, indica, había pedido un tiempo mínimo para poder explicar el proyecto en toda su complejidad ya que, insiste, las críticas se realizan con "un desconocimiento, a veces intencionado, de los argumentos que explican lo hecho sobre la obra de Gaudí". González afirma que gran parte de lo que ahora se reclama que vuelva a restituirse no era original de Gaudí, sino fruto de intervenciones posteriores, como es el caso de la escalera que debía conducir a la iglesia superior, que fue construida en 1969 por Joan Bassegoda.