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Pujol advierte de que vienen tiempos difíciles al despedirse de Montserrat

El presidente dice: "Los vientos que soplan de España y Europa no nos son propicios"

El presidente en funciones de la Generalitat, Jordi Pujol, se despidió ayer de Montserrat, uno de los pilares espirituales y simbólicos que considera aún necesarios para sostener el edificio de Cataluña. El aún presidente anunció en Montserrat que "se avecinan tiempos difíciles para Cataluña", y no porque su partido, CiU, quede fuera del nuevo Gobierno, sino porque "los vientos que soplan en España y en Europa no nos son propicios", afirmó.

Pujol, que evitó entrar en el debate sobre el relevo en el Gobierno catalán, aprovechó uno de los últimos días en el cargo para dedicarlo a Montserrat y despedirse de la comunidad benedictina y de la Moreneta, a la que fue a adorar en solitario antes de abandonar las instalaciones del santuario ya al atardecer.

Pujol visitó Montserrat para presentar el libro Montserrat, natura i esperit, con textos de Antoni Pladevall y fotografías de Jordi Olavarrieta, un pretexto para compartir mesa, entre otros, con el actual abad, el padre Josep Maria Soler, y el padre Marc Taxonera, amigo de Pujol y uno de los puntales de la fundación de Convergència Democràtica de Catalunya en Montserrat en 1974.

Después del almuerzo en el salón Sant Jordi del hotel Cisneros, Pujol intervino en la presentación del libro y destacó el papel que ha desempeñado en la historia Montserrat y la necesidad de que continúe ejerciendo de referencia y símbolo porque allí radica, dijo, "uno de los cimientos de nuestras convicciones". Asimismo se lamentó de los que critican y de los que ignoran el papel de Montserrat.

Pujol reivindicó Montserrat ante "los tiempos más bien difíciles que vienen". "Los vientos que soplan en España, en el conjunto de la sociedad española y en más de uno de los sectores de políticos, intelectuales y personajes mediáticos no son propicios" para Cataluña, afirmó, y reclamó la recuperación de "la vieja idea de la Europa de los pueblos, de la Europa de san Benito, no sólo en el sentido religioso, sino también en la idea de construir un país, de construir Europa", en un momento en que había una gran decadencia, una situación que Pujol comparó con el momento actual.

El presidente en funciones se mostró interesado en volver a la Europa que se construye a través de sus pueblos. "Si no es así", explicó, "las principales víctimas de la situación seremos nosotros, los pequeños y los que no tienen una defensa suficiente". Pujol vislumbra horizontes que pueden conducir a Cataluña a una nueva tendencia positiva si se aprovechan fenómenos como la globalización y oportunidades como las nuevas tecnologías, pero advirtió de que si Cataluña no sube a ese tranvía en el momento y de la manera adecuada, "manteniendo la identidad", se quedará atrás, y añadió que si no se resuelve ese reto "quizá se vuelva en contra de manera muy negativa". Pujol aludía a la nueva inmigración, uno de los temas recurrentes en los últimos meses de su mandato.

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