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El Ayuntamiento eliminará un carril de la calle de Atocha

Las obras de reforma de la vía entre Antón Martín y Jacinto Benavente comenzarán en enero

Más obras en el entorno de la glorieta de Carlos V. El Ayuntamiento iniciará en enero la segunda fase de la reforma de la calle de Atocha, entre las plazas de Antón Martín y de Jacinto Benavente. En ese tramo, los carriles de tráfico pasarán de los tres actuales a sólo dos: el tercero será ocupado por más metros de acera y por zonas reservadas a la carga y descarga. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ayer el proyecto y aseguró que sólo da carta legal a una situación de hecho, porque el carril izquierdo de Atocha "ya está permanentemente ocupado por coches que aparcan indebidamente".

La comisión municipal de gobierno aprobó ayer el proyecto de obra para la reforma de ese tramo de 210 metros de la calle de Atocha, entre Antón Martín y Jacinto Benavente. Se trata de la segunda fase de unas obras iniciadas en 2002 con la reforma de la plaza de Antón Martín, y que han sido adjudicadas a FCC. Esta segunda fase costará 301.000 euros, que pagarán la Empresa Municipal de la Vivienda y Caja Madrid. Ruiz-Gallardón afirmó que los trabajos comenzarán "pasadas las navidades" y estarán concluidos "en tres meses", pero fuentes de la Concejalía de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras aseguraron después que la obra completa no estará terminada antes del verano.

La consecuencia más importante de la reforma es que la calle de Atocha, en ese tramo, perderá un carril para el tráfico rodado. Ahora tiene tres (incluido el carril-bus), todos en sentido subida. Se quedarán en sólo dos: el central para los vehículos privados y el de la derecha para el transporte público. ¿Qué se hará con el tercer carril? Ampliar la acera y crear, intercaladas, tres zonas especiales -de 16 metros cada una- reservadas a la carga y descarga.

Esa reducción del espacio destinado al tráfico podría provocar un gran atasco a sólo unos metros de la glorieta de Carlos V, donde ya se han iniciado los trabajos de otro megaproyecto: la construcción de una de las bocas de entrada del segundo túnel ferroviario entre Atocha y Chamartín, una obra que estará en pleno apogeo a mediados de 2004.

"Situación de hecho"

Pero el gobierno municipal no cree que se produzca tal colapso en la calle de Atocha. "El carril que se va a eliminar ya está, a día de hoy, permanentemente ocupado por coches que aparcan en él indebidamente", argumentó ayer el alcalde. "En realidad no es que se elimine un carril, sino que se legaliza una situación que ya existe de hecho: por ese carril no se puede circular porque siempre hay coches y furgonetas aparcados o descargando mercancías", añadieron después desde Urbanismo.

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El gobierno municipal ha decidido, por tanto, dar por perdido ese carril -en lugar de tomar medidas drásticas contra el aparcamiento indebido- y delimitar legalmente los puntos de carga y descarga. De esta forma, dice el alcalde, se ganan 387 metros cuadrados de espacio peatonal: la acera izquierda, en sentido subida, pasará de tres metros de anchura a cinco, salvo en los tres puntos en los que la acera se estrechará hasta su anchura actual para dejar sitio a la carga y descarga (véase gráfico). El tramo de la calle que va desde la plaza de Antón Martín hasta la glorieta de Carlos V quedará como está ahora (con tres carriles de subida y dos de bajada para los autobuses) porque no está incluido en el proyecto.

El proyecto fue aprobado en la legislatura anterior, bajo mandato del ex regidor José María Álvarez del Manzano, y su primera fase culminó el pasado año con la reforma de la plaza de Antón Martín, donde se colocó una estatua en bronce inspirada en el cuadro El abrazo, de Juan Genovés, en homenaje a los abogados laboralistas asesinados el 24 de enero de 1977 en su despacho de la calle Atocha. Esta segunda fase de los trabajos incluye la "renovación del mobiliario urbano", que ahora "impide la movilidad en algunos puntos de la acera", la "eliminación de barreras arquitectónicas" y la plantación de una veintena de árboles.

Almacenes obligatorios

Ruiz-Gallardón aprovechó la presentación del proyecto de reforma de Atocha para recordar algo que el gobierno municipal lleva meses madurando: la modificación de las ordenanzas que regulan la concesión de licencias para la apertura de locales comerciales. El objetivo es lograr que los locales de nueva apertura no tengan que abastecerse todos los días, y evitar así los atascos que la carga y descarga genera cada mañana en Madrid. ¿Cómo? Obligando a los dueños, como condición para conceder la licencia, a destinar una parte del local a almacén, y guardar en él parte de la mercancía.

Esa modificación de la normativa ya la ha anunciado varias veces el gobierno municipal, pero todavía está "estudiando" la forma de acometer la reforma sin provocar una rebelión de los comerciantes, ya que la obligación de construir almacenes en todos los nuevos locales supondría un considerable incremento de costes para los empresarios.

El alcalde también se refirió al experimento de cierre al tráfico privado en la Gran Vía durante los domingos de Navidad, y dio por hecho que, tal y como había sugerido ya el edil de Seguridad, Pedro Calvo, se extenderá a los 21 domingos comerciales de 2004. "Ése es nuestro objetivo, y lo haremos", afirmó Ruiz-Gallardón, aunque a continuación precisó que no sabe a partir de qué mes aplicará esa medida. "Dependerá del balance de la iniciativa que hagamos en enero".

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