66 metros por minuto

Frío, lluvia, sueño y coches, muchos coches. Tras un fin de semana de tres días, los conductores que accedieron a Madrid por la carretera de Andalucía se toparon el pasado martes con el habitual atasco, agravado en esta ocasión por las desapacibles condiciones meteorológicas.

A las 7.45, el acceso a la N-IV desde Pinto, a la altura del kilómetro 22, se encamina directo al atasco. En los primeros 1.000 metros el tráfico es aún fluido, con una velocidad que alcanza los 60 kilómetros por hora. Pero dura poco. Llegado el kilómetro 21, los coches se detienen para circular los siguientes dos kilómetros a una velocidad media de 15 kilómetros por hora. En ocho minutos, se recorren sólo 2.000 metros. A las 7.54 se alcanza el kilómetro 19.

Para llegar al 18, son necesarios otros cinco minutos. Las paradas son constantes y no se superan los 30 kilómetros por hora. A partir del kilómetro 17, la circulación mejora ligeramente. Los siguientes cuatro kilómetros se recorren en 10 minutos, lo que significa una velocidad media de 25 por hora.

A las 8.10 se alcanza el kilómetro 12. Muchos coches abandonan la N-IV para incorporarse a la M-45. La velocidad sube hasta los 80 kilómetros por hora, con puntas que alcanzan los 100.

La llegada al kilómetro 5, ya muy cerca de la M-30, marca el inicio del atasco más absoluto. Son las 8.14. Los siguientes 1.000 metros marcan un récord difícil de superar: 15 minutos para recorrerlos. O un minuto para recorrer 66 metros. La velocidad media, cuatro kilómetros por hora, es la de una persona andando, que si fuera por el arcén superaría a los coches. El colapso se extiende a las dos calzadas de la M-30, a la rotonda de Méndez Álvaro y al sentido de salida. El recorrido de ida y vuelta del kilómetro 5 a la estación de Méndez Álvaro lleva 27 minutos.