Tristeza

Con más tristeza que otra cosa por lo que considero un trato injusto hacia mi persona por parte de su periódico, intentaré aclarar ciertas cuestiones sin que en ello busque polémica, pues desde hace 20 años me he dedicado a defender a los discapacitados, y una división (ya hay excesivas) nunca es buena.

Desde hace 20 años, como ya he dicho, llevo luchando por este colectivo marginado, contra el Ayuntamiento y la Comunidad, principalmente en temas de barreras.

Así, tengo realizados, entre otros, trabajos como:

- Accesibilidad en cines, en teatros, museos, bibliotecas, centros sanitarios, en las juntas municipales y centros municipales de asistencia social (marzo de 2003).

Además de otros varios que no enumero.

Todos ellos, de forma sistemática, les fueron enviados a su periódico, además de al CEAPAT, a la Comunidad de Madrid (Javier Hernández), a los partidos políticos (PSOE, PP, IU y Los Verdes) y a múltiples personas pertenecientes a la Agencia Efe, a la cadena SER a TVE-1 y a FAMMA. Es decir, que no es invención mía las fechas de terminación de los mismos.

Hoy me he topado con la desagradable sorpresa de que un trabajo que no mereció su atención, quizá por haber sido realizado por una persona (yo) sin apoyo económico alguno, hoy realizado por FAMMA (que curiosamente está en la lista de las asociaciones a las que le fue enviado en marzo), con medios económicos, pues recibe subvenciones oficiales millonarias, sí merece su atención, sin que en su noticia se recoja tan siquiera la existencia de un trabajo anterior, de igual fin y que EL PAÍS recibió.

No busco polémica, sino una explicación a lo que considero una injusticia. ¿Mi trabajo era incorrecto, inexacto, inadmisible? ¿Qué razón hay para que sea ninguneado de ese modo?

No lo entiendo.

Sí le rogaría que, sin más que añadir, se tomara unos minutos para intentar aclararme si es que en mis envíos se ha producido una situación de falta de respeto hacia usted o hacia sus colaboradores, porque la injusticia que detecto en su forma de tratarme o es excesiva suspicacia por mi parte o, simplemente, es una forma de despreciar mi esfuerzo y trabajo en favor del realizado por FAMMA, muy posterior al mío.

Insisto en que me aclare la situación, pues, de no ser así, habrá usted conseguido lo que en 20 años no pudo el Ayuntamiento ni FAMMA con sus descalificaciones, y es que tire la toalla.