El Ayuntamiento rehúsa extender la medida a los días laborables
A los miles de visitantes que ayer se acercaron a la Gran Vía -aprovechando la tregua que dio la lluvia- se unió el concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch, que quiso comprobar sobre el terreno la eficacia, o no, del experimento Gran Vía.
El edil fue testigo del escaso éxito que el carril destinado a los peatones tuvo por la mañana. "La gente todavía es tímida a utilizar el espacio que hemos dispuesto para los peatones. Por eso, esperamos que por la tarde los ciudadanos se animen a salir a la calle y a pasear tranquilamente", señaló Calvo a mediodía.
Calvo, que estuvo en la zona desde por la mañana hasta casi las nueve de la noche, explicó que el Consistorio no extenderá los cortes de tráfico de la Gran Vía a los días laborables. "En días laborables es imposible hacer una cosa así por la excesiva demanda de movilidad que tiene esta calle", afirmó Calvo. El edil, en cambio, dejó una puerta abierta a que la medida sí que se extienda a otros domingos, una vez pasado el periodo navideño. "Siempre que no se perjudique a los comerciantes, ya que se trata de darles una gran ventaja competitiva frente a las grandes superficies comerciales", explicó.
El edil de Seguridad no estuvo solo en su paseo. El inspector jefe de la Policía Municipal, José Luis Morcillo, le acompañó por la Gran Vía y las calles aledañas. "El tráfico ha ido bien. Nosotros hemos recorrido en coche desde Callao hasta Colón y no hemos tardado más de 15 minutos", explicó Morcillo.
Autobuses y taxistas
Los conductores de autobuses aplaudieron la medida. "Esta mañana ha habido follón hasta que los agentes se han puesto de acuerdo y han empezado a ordenar el tráfico. Luego la cosa fue mucho mejor", afirmó un conductor de la línea 133 (Mirasierra-Plaza del Callao). Otro compañero, de la línea 1 (Prosperidad-Cristo Rey) fue testigo del "despiste" de muchos conductores. "Estoy trabajando desde las seis de la mañana. La gente está muy desorientada, pero se circula muy bien", comentó.
Metro aumentó en un 18% sus servicios y la EMT un 25%. Aun así, las paradas de metro y las de autobuses de la zona estaban repletas de gente a cualquier hora del día. Por la tarde, ante la aglomeración de gente, comenzaron las quejas de los usuarios: algunos de los autobuses acumularon retrasos de media hora.
Otro colectivo protagonista en la jornada de ayer fue el de los taxistas. La Gran Vía se llenó de taxis con la luz verde encendida. La salida de los cines fue aprovechada por los taxistas para llevarse pasajeros. "Ojalá siempre fuese así. Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana. El atasco de las navidades es imposible de solucionar por muchas ideas de bombero que tengan en el Ayuntamiento", concluyó un taxista.
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