Un vicepresidente económico

¿Se ha convertido el consejero de Economía, Gerardo Camps, en una especie de vicepresidente económico al estilo de Rodrigo Rato? A tenor de las decisiones adoptadas por el Consell el pasado viernes, lo único cierto es que el responsable de la todopoderosa cartera de Economía, Hacienda y Empleo ha visto reforzado su poder en el Ejecutivo que preside Francisco Camps. Una de las primeras decisiones del Gobierno valenciano fue la de crear una comisión interdepartamental de Asuntos Económicos, dirigida por Gerardo Camps, con potestad para rechazar o aprobar los asuntos que requirieren dotación presupuestaria. Esta comisión interdepartamental, que se reúne habitualmente los martes, es previa a la convocatoria que mantienen los jueves los subsecretarios (antiguos secretarios generales) de las consejerías para preparar los asuntos que debatirá y, en su caso, aprobará el equipo de gobierno presidido por Francisco Camps un día después.

Proyectos Temáticos gestionará en 2004 405 millones, Ciegsa 387 y el Circuit 17,5

Gerardo Camps coloca a gente de su confianza por encima de los fieles al ministro de Trabajo

La decisiones adoptadas el pasado viernes para remover los puestos de buena parte del organigrama de la Consejería de Economía y crear una nueva comisión interdepartamental para la Copa del América 2007 amplían ahora el poder de Gerardo Camps. Su equipo de confianza ha sido aupado en el escalafón, colocándose por encima de cargos fieles al ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana. Además, el consejero de Economía cuenta ahora con una nueva secretaría autonómica de Eventos y Proyectos que "coordinará y seguirá los grandes planes y eventos estratégicos y de los grandes proyectos tecnológicos, culturales, deportivos y sociales impulsados por el Gobierno valenciano para su puesta en marcha, funcionamiento, organización y participación a través de empresas públicas o mediante otros modos de gestión".

Un mecanismo de nueva creación con el que Gerardo Camps está en disposición de controlar, no sólo la adjudicación de las grandes partidas presupuestarias, sino su gestión diaria.

En este diseño para tomar el control efectivo de la Administración, el consejero de Economía ha tenido las empresas públicas bien presentes. Unas sociedades en las que, sin levantar ampollas hasta ahora, ha ido colocando a personas de su confianza en los consejos de administración, primero, y en los puestos ejecutivos y de gestión, después. Primero fue la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana SA, donde el anterior responsable Luis Esteban fue desplazado a una vicepresidencia. La Sociedad Proyectos Temáticos tendrá durante el año próximo un presupuesto inicial de 230 millones de euros, que sumados a los 175 millones de la firma participada Ciudad de la Luz SA supone un total de 405 millones.

Esta semana le ha tocado el turno a otras dos empresas públicas: al Circuit Ricardo Tormo de Cheste, que dispondrá de 17,5 millones de euros en 2004, y a Construcción de Infraestructuras Educativas de la Generalitat Valenciana SA (Ciegsa), que contará con 387 millones de euros durante la anualidad que se inicia en enero.

En el primero de los casos, el equipo de confianza de Francisco Camps ha optado por dar un golpe de mano y relevar al director del circuito de carreras José María Oltra, a quién se le ha ofrecido un puesto alternativo de menor rango en la Consejería de Educación. En el segundo de los casos, el núcleo duro del Consell ha optado por la vía de sustituir al equipo técnico en el que se apoyaba el gerente de Ciegsa, Javier García Lliberós, que ahora se halla entre un equipo gestor que no ha sido nombrado por él y un consejo de administración de la confianza del presidente de la Generalitat. Tanto Oltra como García Lliberós son consideradas personas afines al ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana.

En las decisiones adoptadas el viernes por el Ejecutivo de Francisco Camps otros dos cargos leales a Zaplana vieron reducida su influencia en el seno del Ejecutivo. Por un lado, el director general de Coordinación de Proyectos de la Consejería de Economía, Gonzalo Morell, ha visto menguadas sus competencias por el método de colocarle una instancia superior. Por otro, el secretario autonómico de Deporte, José Emilio Cervera, ha quedado al margen del núcleo duro que adoptará las decisiones relacionadas con la Copa del América 2007.

Todas estas medidas, a las que previsiblemente seguirán otras en semanas posteriores, refuerzan el control presupuestario y de gestión por parte de Gerardo Camps y del presidente Francisco Camps y sirven para reducir el poder de los zaplanistas, alguno de los cuales no se había recatado en afirmar que estaba en la Generalitat a las órdenes de Eduardo Zaplana que era a quien debía su nombramiento y no al actual jefe del Ejecutivo.

La nominación de Valencia como sede de la Copa del América, y la recomendación de la dirección nacional del PP a Zaplana para que deje gobernar a Camps en la Comunidad Valenciana, parecen haber impulsado al equipo del presidente de la Generalitat a reordenar la estructura administrativa. Unos cambios que llevan, además, un mensaje implícito: el jefe del Consell manda.