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Fotografías y acuarelas de José Hierro rememoran la alegría de su poesía

La Fundación Antonio Gala muestra la faceta pictórica del escritor

El último acto público al que asistió el poeta y miembro de la Real Academia José Hierro (1922-2002) fue en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores de Córdoba. A los pocos días falleció, el 21 de diciembre. El Monasterio Corpus Christi, sede de la academia de creadores, reúne un año después, en la muestra titulada Alegría. José Hierro, acuarelas, fotografías, poemarios dedicados y manuscritos del poeta. Todo el material es un tributo al buen humor que Hierro desprendía.

La mayoría de la treintena de acuarelas realizada por José Hierro en su faceta de pintor han sido prestadas por el Centro de Poesía José Hierro y muchas se muestran ahora por primera vez. El resto proviene de la colección privada de la directora de la Fundación Antonio Gala, Elsa López, con quien Hierro mantuvo una estrecha relación de amistad.

En estos trazos, el poeta santanderino se entrega al colorido en diversas series cargadas de positivismo, aunque con algunos toques de espiritualidad como un crucificado. "Él siempre hacía series", explicó María Ángeles Romero Hierro, nieta del ganador del Premio Príncipe de Asturias en 1999 y comisaria de la exposición, que estará abierta hasta el 23 de diciembre.

Esas series se centran en paisajes costeros, cometas, pequeñas barcas de vela, la vegetación, autorretratos, bodegones de frutas o las cinco cabezas con las que se ilustra una de sus obras en prosa poética Agenda.

La exposición recoge una acuarela que evoca otro de los temas preferidos del poeta, los dragones. Este cuadro ha sido prestado por su nieta María Ángeles Romero Hierro, que como pintora reside este año en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores.

El apartado fotográfico de la exposición abarca la década de los noventa. "Era cuando se encontraba en plenitud y cuando empezó a ser reconocido", apunta su nieta. La colección de instantáneas muestra al poeta en las playas de Santander, junto al rey Juan Carlos al ser premiado con el Príncipe de Asturias o en su finca Nayagua, en la que realizaba su propio vino. Incluye una fotografía realizada por Joan Sánchez para EL PAÍS mientras Hierro lee su obra Cuadernos de Nueva York.

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La visita de José Hierro a la academia de creadores también dejó la última lectura poética en la que participó y su última entrevista, en la que habla, a pocos días de su muerte, de "la alegría de sentirse vivo, de amar la vida más que su sentido" o "del enorme respeto y responsabilidad" que le suponía ser miembro de la Real Academia Española.

José Hierro plasmó su faceta pictórica en forma de dedicatorias de sus obras. La muestra reúne quince acuarelas insertadas en Agenda, Cuadernos de Nueva York, Sonetos o Antología poética. Elsa López apostilló que esta exposición significa que José Hierro siempre estará vivo.

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