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Columna
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Deslealtad

El consejero de Gobernación, Alfonso Perales, ha denunciado la deslealtad del Gobierno central con Andalucía. No le informa regularmente de los traslados de los inmigrantes detenidos a esta comunidad. Una denuncia que no es nueva. La deslealtad del Gobierno central con Andalucía y con todos aquellos que no piensen, no hablen y no actúen al son que marca es una de las reglas de ese Gobierno. Es su forma natural. Da igual donde se mire. En el País Vasco modifica al gusto suyo la legislación penal. En Cataluña intenta asustar ante las posibilidades de un gobierno de izquierdas. En Andalucía niega el pan y la sal a andaluces, bien sea impidiendo el pago de la deuda, bien sea legislando estatalmente para que no llegue la ayuda social complementaria en las pensiones contributivas. Es su forma de ser, con la ayuda inestimable de Javier Arenas y con la complicidad silenciosa o ruidosa, depende de lo que interese en cada momento, del PP-A. Además, esta realidad se hace cada día con menos tapujos. Se hace a las claras. Y, si no vamos a ver, cómo es posible que Javier Arenas niegue una ayuda social a los pensionistas en Andalucía y al mismo tiempo justifica que su PP las apruebe en Álava. Es un sinsentido que sólo se puede explicar desde la verborrea. Nunca desde la buena fe. De ahí que tenga, más que acierto, el término empleado por el consejero de Gobernación tachando de deslealtad al Gobierno con Andalucía. Más aún, cuando los inmigrantes los dejan sin informar de su llegada a esta comunidad, lo que impide a su Gobierno poner en marcha mecanismos de protección complementarios para atenderles dignamente. Son, ahora les ha tocado a ellos, un instrumento de ataque contra el Gobierno andaluz.

En fin, un día, como el de hoy, en el que se celebra la Constitución. Una Constitución que proclama la solidaridad entre comunidades y el apoyo del Gobierno central para el mejor desarrollo de éstas, vemos como esta solidaridad se convierte en agua de borrajas, para inmigrantes y andaluces. A veces me pregunto, y hoy es una de estas veces, si todos celebramos este día y todos entendemos de la misma forma la Constitución. Con lealtad, con buena fe y sin hacer distinciones por razón o en función del partido al que pertenezca el gobierno de cada comunidad.

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