Una mirada centenaria

Presentación Serra (Doña María, Almería, 1900) tiene un mirada dulce y serena. Cuando habla gira la cabeza para mirar bien de frente, a los ojos. Es la matriarca de una familia almeriense que a sus casi 104 años de edad ha visto nacer no sólo 19 hijos, de los que viven solamente cinco, sino que también ha sido espectadora y partícipe del nacimiento de una docena de nietos, otra de biznietos y cinco tataranietos.

Presentación se reconoce a sí misma como una mujer muy "trabajada", que ha luchado por sus hijos desde muy joven y que ha pasado más de la mitad de su larga vida planchando y limpiando las casas de otros desde las seis de la mañana hasta las 10 de la noche de cada uno de sus días hasta que pudo dejar de hacerlo.

La anciana enviudó en el año 1952, pero antes, en el año 1945, desapareció sin dejar rastro uno de sus hijos que sólo contaba con 18 años de edad. Y mientras relata emocionada y con un nudo en la garganta que "aquellos eran malos tiempos" se acuerda de Paco (Lobatón), a quien envía un "abrazo muy fuerte". Y es que Purificación se preguntará hasta el último de sus días qué sería de aquel "buen mozo, que se perdió sucio y con hambre" y que ahora ya tendría 71 años.

"Soy de todo y no soy de nada", responde cuando le preguntan por su ideología política durante todos estos años.

Se le ilumina la cara al nombrar al ex presidente del Gobierno Felipe González. "Es un hombre, por su presencia". Sobre el actual jefe del Ejecutivo, José María Aznar, es más indiferente: "Ni me gusta ni me deja de gustar. A mí, donde me dan el pan lo cojo".

Nunca tuvo carné de socialista, pero reconoce que a Felipe siempre lo "lleva en el corazón".

Purificación nació "13 días después de que entrara el nuevo siglo [XX]", dice ella. Vio la vida en la estación del ferrocarril, donde trabajaba su padre, que era "encendedor de máquinas".

Por todo eso y por mucho más el grupo de mayores y pensionistas del PSOE de Almería han querido rendir un pequeño homenaje a Purificación y le han hecho entrega de un ramo de rosas y una placa, "una manera estupenda de celebrar la Constitución teniendo en cuenta que es alguien que ha vivido todo un siglo y que ha visto de cerca todos los grandes acontecimientos del siglo XX", explicó el secretario general de los socialistas almerienses, Martín Soler, quien acudió a entregar en mano su reconocimiento a la anciana.

La lucidez de Purificación sorprende porque no sólo es capaz de contar con detalle qué cena y cuántas horas duerme, sino que canta villancicos que ya no se escuchan y canciones que nadie conoce ya, fruto del olvido y del paso del tiempo, "que no perdona", dicen sus hijas.

Ahora, cuentan algunos de sus descendientes, "está un poco más desmejorada", pero hasta hace poco más de un mes Purificación salía a dar una vuelta por el barrio. Siempre ha sido una mujer fuerte, luchadora y trabajadora.

"Estos años no son nada y a mí me gustaría durar aún unos cuantos más", concluye a poco más de un mes de su 104 cumpleaños.