Del folclore provincialista al racionalismo
Ripoll impulsa una serie de actuaciones que marcan distancias con su antecesor en la presidencia de la Diputación de Alicante
La Diputación de Alicante ha enterrado la variopinta etapa de Julio de España, con una gestión cuasi folclórica, cargada de gestos estrambóticos y estériles desde el punto de vista del interés general. La presidencia, que ocupa José Joaquín Ripoll, ha abierto una etapa de cambios generalizados que afectan no sólo a las personas sino también a las formas y gestos de gobierno.
Ripoll, sin levantar mucho polvo y casi de puntillas, está instaurando una gestión más práctica desde el punto de vista política y, por ende, más racional y despojada de la retahíla de dislates que envolvió mandato de España.
El primer cambio, y a la sazón toda una declaración de principios de cariz del mandato de Ripoll, fue la profunda renovación entre los cargos directivos del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. En este departamento sólo el escritor José Luis Ferris mantiene sus responsabilidades al frente del área de publicaciones, y todos los demás cargos se estrenan por completo.
"Lo único que le queda es quitar a Mortadelo y Filemón para romper con De España"
Los funcionarios creen que las "cosas están cambiando más de lo que parece"
El relevo de personas al frente de determinadas áreas, como ha ocurrido en el Gil-Albert y en Medio Ambiente, derivado de la lógica renovación de diputados y en la cúpula presidencial, ha venido acompañado de una nueva etapa que, entre otros métodos, ha enterrado el "paternalismo" que caracterizó la gestión del anterior presidente. Las nuevas formas no han pasado desapercibidas entre los trabajadores del palacio provincial: "La cosas están cambiando más de lo que parece", comenta uno de ellos que prefiere no identificarse.
En primer lugar, además de los cambios en el personal de confianza del presidente, se aprecian innovaciones en la política de fastos y señas de identidad del anterior presidente. Así por ejemplo, Ripoll ha decidido modificar, por segunda vez desde que el PP accedió al gobierno de la institución provincial, la imagen corporativa. Julio de España, nada más acceder al gobierno, decidió anular la imagen corporativa que aprobó el ex presidente socialista Antonio Mira Perceval un año antes de abandonar el cargo. Ahora, de nuevo el PP, con Ripoll al frente, publicó a principios de noviembre en el Boletín Oficial de la Provincia un anuncio para la licitación de un nuevo concurso por valor de 210.000 euros, unos 35 millones de las antiguas pesetas, para cambiar la imagen corporativa.
La presidencia de José Joaquín Ripoll también ha impregnado una imagen "más moderna y liberal" a la institución. En los detalles se visualiza cómo de los bodegones y cuadros costumbristas que Julio de España colgó en las paredes del Palacio provincial apenas queda rastro, y ahora figuran otros lienzos más contemporáneos.
La flamante nueva sala de prensa que el ex presidente, Julio de España, inauguró meses antes de irse apenas se utiliza ahora por el presidente. Ripoll opta por atender a los medios de comunicación de pie en las escaleras del Palacio de la Diputación, emulando las comparecencias de los grandes líderes políticos como Bush o Aznar, en las escaleras de la Casa Blanca o de La Moncloa, respectivamente.
En la Diputación de Alicante, los funcionarios reconocen que la gestión de Ripoll es "menos provincialista y más política", tanto en las formas como en los contenidos, hasta el extremo que el Día del Alicantino de Adopción que cada primavera celebraba Julio de España en Alicante, este año cambia de escenario: por primera vez se celebrará en una ciudad distinta de la capital. En el mismo sentido el nuevo equipo de Ripoll estudia suspender el Día de la Provincia, acto meramente protocolario, para homenajear a las reinas y damas de las fiestas de los pueblos de Alicante.
Otro ejemplo que ilustra el nuevo estilo es la instantánea que se produjo hace una semana: Ripoll junto al alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, con el rector, Salvador Ordóñez, respaldando la ampliación del campus universitario, una imagen casi impensable en el anterior mandato.
Pero en las declaraciones Ripoll se está caracterizando por la discreción y medida presencia en los medios de comunicación. Cuando el titular de la Diputación sale a la palestra, lo hace para rebatir y contestar con argumentos al líder del PSPV, Joan Ignasi Pla, en temas tan candentes como por ejemplo el Plan Hidrológico Nacional.
Por último, en los gestos también son palpables los cambios. De España entraba cada mañana en la Diputación en coche oficial acompañado de sus jefes de prensa y personal de confianza, Ripoll acude andando a su despacho, ya que vive muy cerca de la Diputación, y pero acude en solitario. Para culminar esta revolución, Ripoll sólo tendría que atender la irónica recomendación del portavoz del PSPV, Antonio Amorós: "Sólo falta cambiar la escultura de Mortadelo y Filemón (conjunto instalado en los jardines de la Diputación) para romper definitivamente con la etapa de su antecesor".
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