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Las obras del AVE y la descoordinación entre administraciones causan el caos en Martorell

Ferrocarrils inicia los trabajos de la nueva estación al margen del municipio y de Renfe

El paso del AVE por Martorell está teniendo duras consecuencias en la población. Primero fueron las casas agrietadas. Pero hay más. El trazado de la línea de alta velocidad es parte del que hoy ocupa Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), esto exige cambios y ampliar la vía de esta compañía en el centro de la población, además de la construcción de una nueva estación junto a la de Renfe. Ferrocarrils ha empezado cortando calles. Renfe ni siquiera ha licitado. El plan director de infraestructuras preveía, además, una estación de autobuses que ha desaparecido de los planos.

En Martorell, el GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias), dependiente de Fomento, construye las vías del AVE, parcialmente en marcha; Ferrocarrils de la Generalitat tiene que cambiar parte del trazado, ampliar la vía y edificar una estación en el centro, y ha empezado parte de las obras; Renfe tiene que reordenar y ampliar sus instalaciones. La estación depende de Cercanías, pero el solar adyacente, de Patrimonio. Ninguno de los dos organismos ha realizado ninguna actuación. El resultado de la participación de tan diversas administraciones y la falta de coordinación entre ellas es, afirman los responsables municipales, el principio del caos en una localidad muy castigada por diversas infraestructuras. Por Martorell pasan dos ríos, una autopista, la autovía en que se ha convertido la N-II y tres líneas ferroviarias (la de Renfe y dos de Ferrocarrils), y ahora llega, sin parar, el AVE.

La opinión de los responsables municipales es que se les está provocando: "No puede ser que todos vayan por libre. Parece que busquen que intervengamos parando obras para luego echar las culpas al municipio de los retrasos existentes", afirma la alcaldesa, Dora Ramon.

Retrasos

En efecto, Ferrocarrils lleva un cierto retraso, queda como poco para un año y hasta que terminen estas obras no pueden proseguir las del AVE, que, opinan los responsables municipales, son las únicas para las que parece haber prisa. La actuación de Ferrocarrils sólo merece críticas del equipo de gobierno municipal y de los vecinos. La vía actual (cuyo espacio tiene que ocupar el AVE) pasaba por el exterior de la población. Pero había una segunda vía en el interior utilizada por mercancías con destino a una empresa química. La solución adoptada es suprimir la primera vía, desdoblar la segunda adecuándola para pasajeros y erigir un muro que la aísle de la población. Para los vecinos de la calle de Montserrat, esto supone bloquearles el paso y obligarles a dar un rodeo para ir a cualquier parte.

El municipio cree que la solución es coordinar las actuaciones: que se hagan a la vez las estaciones de Ferrocarrils y la de Renfe, y también la de autobuses prevista y aprobada en el plan director de infraestructuras (PDI). Ofrecen recalificar terrenos para que se construya todo y haya un aparcamiento compartido por las dos empresas ferroviarias. Pero exigen que se eviten graves repercusiones sobre la población ("que no se hagan ahora unas obras y las otras cuando terminen éstas") y que no se aíslen zonas enteras de la localidad.

Hace dos semanas, el Departamento de Política Territorial envió una carta a la alcaldesa, Dora Ramon, en la que en un tono que el municipio califica de "arrogante" y con una sintaxis burocratista se le conmina, ya que pide una estación de autobuses, a ceder un terreno al Gobierno catalán y a dejar de abrir discusiones inútiles. "La estación está prevista y aprobada en el PDI, firmado por el consejero de Política Territorial, Felip Puig. ¿Cómo es posible que sus subordinados no se hayan enterado?", se pregunta la alcaldesa.

Política Territorial afirma que ya ha coordinado sus trabajos con Renfe para hacer un paso elevado entre las dos estaciones, pero la alcaldesa opina que eso es cualquier cosa menos una estación intermodal. El proyecto de Renfe, en lo poco que ha conseguido conocer el Ayuntamiento, se limita a adecentar la estación, sin tener en cuenta su ampliación con vistas a recibir la nueva vía prevista a través del Vallès, que cerraría la ronda ferroviaria barcelonesa, y sin eliminar el paso por el centro de la población de productos químicos peligrosos que entran en la factoría por la vía de Ferrocarrils y salen por la de Renfe hacia el resto de España.

Está claro, afirma un portavoz municipal, que los gobiernos central y catalán han programado obras sin pensar en la gente para las que se hacen.

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