El cerco a Andalucía

Una vez más nos aprestamos a comprobar cómo desde el Gobierno central se planta cerco a Andalucía. El anuncio de llevar ante el Tribunal Constitucional tanto la ayuda social que complementa las pensiones no contributivas, como la ley de células madre o la de Fiscalidad Medioambiental constituyen las señales más evidentes de que se ha desplegado una ofensiva en toda regla contra esta tierra que, hasta ahora, le ha dado la espalda a los populares en las distintas elecciones autonómicas.

No consiguieron la asfixia económica de Andalucía al impedir, en su momento, el traspaso de los fondos necesarios y a los que tiene derecho, conforme a todo sistema de financiación autonómica que se precie, mientras observaban con desesperación cómo desde aquí les sorprendían, constantemente, con iniciativas que le desbordaban. Así la cosas, la guerra es total por lo que ni siquiera caben promesas que suenan a pura broma, como ese compromiso asumido por el mismo vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, quien se comprometió a trabajar hasta la extenuación, según dijo, para que, antes de que finalizara este año, presentar una oferta concreta con la que resolver los distintitos contenciosos que mantiene Madrid con la Junta.

A tenor de cómo están transcurriendo los acontecimientos, de nuevo, Arenas va a quedar en una difícil posición frente a los andaluces, al no poder hacer realidad sus rimbombantes anuncios. Una circunstancia que ya está siendo aprovechada por sus contrincantes que le acusan abiertamente de no tener palabra alguna, algo que le sacaría los colores a más de uno, aunque en el caso del ex secretario general del PP, está por ver.

Sólo basta con estar atentos a los continuos argumentos que se saca de la manga para emplearlos como excusa y no pagar , para llegar a la conclusión de que lo suyo fue todo un farol, uno más de los que jalonan su dilatada carrera política. De todas formas, tanto Arenas, como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tienen oportunidad, esta semana, durante su visita a Córdoba, de demostrar con datos y documentos, que, en efecto, Andalucía debe dinero a la Seguridad Social. En una anterior ocasión les salió el tiro por la culata, ya que al final se descubrió que era, precisamente al revés, el Gobierno central, también en esta materia, adeudaba una importante cantidad de dinero a esta comunidad.

Con este clima resulta difícil de entender un mínimo consenso, incluso hasta para celebrar el 25 aniversario de la Constitución. El presidente del Gobierno, José María Aznar lo hará en Cádiz, en el Oratorio de San Felipe Neri, de donde surgió la Constitución de 1812. Se desconoce si, además, tanto él como la presidenta del PP andaluz, Teofila Martínez, y restantes dirigentes populares aprovecharán la ocasión para jurar bandera en una acuartelamiento militar como señal inequívoca de apoyo a la Carta Magna, tal y como lo había propuesto el subdelegado del Gobierno, Maximiliano Vílchez. Otro cariz tendrá, en cambio, el acto que se ha preparado en el Parlamento andaluz con los ocho ponentes de la Constitución española quienes recibirán la medalla de la Cámara andaluza. Todo un acontecimiento para el que se cuenta con la participación del mismo Arenas y del presidente andaluz, Manuel Chaves.

Llama, igualmente, la atención el gesto de Concha Caballero de retirarse de la pugna que había abierto con Diego Valderas para la candidatura a la presidencia de la Junta por IU. El desarrollo de las distintas asambleas estaba plasmando una notable falta de apoyo del sector crítico. El mismo Valderas desveló que le llevaba una ventaja de más de tres mil votos por lo que Caballero ha tratado de enmascarar su derrota, denunciando una supuesta falta de garantías democráticas del proceso de elección, apreciación de grueso calibre que se queda en nada sino no presenta de inmediato las correspondientes pruebas, y que, a la postre, resulta insuficiente para explicar la deriva de enfrentamiento interno en la que pretendió situar a esta organización, con duras descalificaciones, incluso, hacia los actuales dirigentes de la federación de izquierdas.