Los nuevos asesores espirituales

La pequeña y mediana empresa española (pyme) invierte una media anual de 3.588 euros en asesoría externa, según se desprende del último análisis realizado por Adade Asesores, basado en el estudio de más de 7.000 empresas y referido a 2002. Esta cantidad representa un 1% más que lo invertido en el ejercicio anterior, que ascendió a 3.550 euros. En cuanto a los servicios más comunes demandados, son los de tipo fiscal, contable y laboral, que representan un 70%. El análisis de Adade señala como principales sectores que recurren a este asesoramiento en primer lugar el de servicios, 51,52%, seguido de industria, con un 42,33%, y agrícola, con un 6,15%.

Adade dispone de 43 oficinas repartidas por toda España, una oficina master en México y cerca de 600 profesionales trabajando en el grupo, y su volumen de facturación global supera los 18 millones de euros. En ocasiones, además, realiza labores de consultoría.

Los servicios más demandados por las pequeñas y medianas empresas son de tipo fiscal, contable y laboral, que representan el 70%

Adade cuenta con 43 oficinas en España, una oficina 'master' en México, cerca de 600 profesionales y una facturación de 18 millones de euros

"Demandar asesoramiento no es contradictorio con tener olfato o intuición empresarial. Los servicios de asesoramiento al que acuden las pymes forman parte de la ayuda normal que necesitan para cubrir sus obligaciones y sacar el máximo rendimiento a sus empresas", explica Pedro Soler Maciá, presidente de Adade. Las razones por las que se contratan los servicios son "de tipo económico y por confianza; consideran que es un asesoramiento más fiable y resulta la opción más económica", señala Maciá. "Cada empresa es un mundo y tiene unas necesidades específicas, pero en nuestro informe la factura promedio referida a los servicios más demandados supondría unos 2.500 euros al año".

Las últimas cifras que maneja la asesoría señalan que en España las grandes empresas apenas llegan a 5.000, por lo que, tal y como explica Maciá, "la pyme sigue siendo la base fundamental del tejido económico del país; aunque dentro del capítulo de pyme se engloba al resto que no son grandes, la realidad es que hablamos de más de 2,5 millones de empresas con menos de ocho trabajadores de media y en la que prácticamente el 80% de las mismas ya son empresas de servicios". Maciá resalta el hecho de que, "a pesar de ello y con gran esfuerzo económico propio y sin apenas ayuda estatal, han asumido la implantación de las directivas europeas, consecuencia de la pertenencia a la Unión Europea, como pueden ser la prevención de riesgos laborales, seguros de responsabilidad y externalización, protección de datos, etcétera". Y lograrlo, en parte ha sido posible por la "revolución tecnológica, que significa que el 92% de las empresas trabaja con ordenadores fijos y pone en marcha Internet, telefonía móvil, etcétera, que ha supuesto un salto cualitativo de primer orden en su trabajo".

El dirigente actual de la pyme, tal y como ha comprobado Maciá, "no es aquel personaje emprendedor voluntarista que, con mucho esfuerzo, sacaba a la pyme adelante. Son personas cada vez más preparadas, con una gran conciencia empresarial y también más proclives, que hace algunos años, a disponer de los apoyos técnicos suficientes para tomar las mejores decisiones. Estamos hablando de un empresario que se forma en aspectos globales de la gestión y en los propios de su empresa y que no tiene problemas a la hora de solicitar servicios en otra clase de materias".