Un fenómeno ligado a la inmigración
El derecho a disfrutar los derechos humanos es uno de los principios fundamentales de las normas internacionales de derechos humanos. Este principio aparece prácticamente en todos los instrumentos importantes de derechos humanos, así como en la Carta de las Naciones Unidas.
Tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Sociales, Económicos y Culturales prohíben la discriminación en razón de "raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social".
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española define xenofobia como el odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. La xenofobia es un prejuicio contra un grupo cuyo aspecto social y cultural es distinto. A diferencia de lo que ocurre con el racismo, la xenofobia no es una doctrina ideológica, sino un conjunto de actitudes que se identifican con la hostilidad, el rechazo, el odio hacia lo extranjero, hacia las personas, hacia su aspecto, sus costumbres o su religión. Es decir, hacia toda identidad sociocultural ajena a la propia. La diferencia con el racismo se establece en que sólo acepta a los extranjeros e inmigrantes mediante la asimilación sociocultural.
"ARTÍCULO 13, 1. Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el presente Título [el Primero] en los términos que establezcan los tratados y la ley"
Iguales ante la ley
La Constitución Española establece, en su artículo 13.1: "Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el presente Título [el Primero] en los términos que establezcan los tratados y la ley". Dentro de este Título, el artículo 14.1 señala que "los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Así, podríamos hablar de la xenofobia como forma de discriminación racial donde los marginados pertenecen con frecuencia a grupos raciales o étnicos cuya posición ha sido determinada por generaciones de explotación, opresión y discriminación.
Actualmente, la xenofobia está ligada a la inmigración. A su llegada a los países de destino, los inmigrantes, los trabajadores migratorios y los solicitantes de asilo, personas que han abandonado sus hogares huyendo de violaciones de derechos humanos y en busca de una vida con un mínimo de dignidad y seguridad, tienen con frecuencia que hacer frente a funcionarios o particulares que los someten a malos tratos de carácter racista y les niegan sus derechos. Esta situación se repite en el Norte y en el Sur, en Oriente y Occidente, en países en desarrollo y en países industrializados.
¿Cómo evitar que surjan casos de xenofobia? Al igual que para combatir el racismo, los Estados deben ratificar y poner en práctica los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos que prohíben todas las formas de discriminación. También se debe trabajar contra la impunidad de casos específicos de violaciones graves del derecho a no ser sometidos a discriminación racial y asegurar que se repare a las víctimas.
Igualmente se tienen que reconocer efectivamente los derechos humanos de los inmigrantes, ya que el recorte de sus derechos en las legislaciones de muchos países provoca que se encuentren en una situación de vulnerabilidad que aumenta a su vez los casos de racismo y xenofobia contra ellos. También es necesario eliminar los obstáculos al derecho a obtener asilo de quienes huyen de violaciones de derechos humanos, bien sea por motivos de discriminación racial o étnica.
Todos tenemos que luchar contra este fenómeno, empezando por los Estados, que tienen que adoptar estrategias nacionales y planes de acción para combatir el racismo en todas sus formas, especialmente la xenofobia, incluyendo medidas específicas relacionadas con la administración de la justicia. Asimismo, deberán iniciar y prestar apoyo a campañas destinadas a movilizar a la opinión pública nacional en contra del racismo mediante programas efectivos en los medios de comunicación de masas, publicaciones y proyectos de investigación.
Juan Lucas es presidente de la Sección Española de Amnistía Internacional.
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