Sonó el himno de la República
Indignación en la delegación española porque el trompetista no interpretó la 'Marcha Real'
La cosa empezó mal. Los equipos de Australia y España estaban formados en el centro de la pista cuando el famoso trompetista australiano James Morrison comenzó la interpretación de los himnos en directo. La Rod Laver Arena al completo se levantó cuando sonaron las primeras notas del Advance Australia Fair. Pero luego se creó una situación de consternación cuando comenzó a escucharse un himno que nada tenía que ver con el español. A Morrison le habían dado un CD con el himno de Riego, el de la República, para que se lo aprendiera y lo tocara en el acto de presentación de la final.
Mientras los jugadores españoles no sabían cómo reaccionar, Juan Antonio Gómez Angulo, Secretario de Estado para el Deporte, comenzó a gesticular desde el palco presidencial y pidió a los componentes del equipo español que abandonaran la pista. "Está tocando el himno de la República", les dijo. "Es una ofensa imperdonable. Abandonad la pista y no juguéis hasta que suene el himno español". Mientras el público no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, observó estupefacto como los españoles se dirigían al vestuario. Agustí Pujol, presidente de la Federación Española de Tenis, presentó en el mismo palco una queja a Francesco Ricci Bitti, presidente de la Internacional, y a Jeoff Pollard, presidente de la federación australiana.
Gómez Angulo hacía gestos desde el palco, pidiendo a los españoles que abandonaran la pista
Pasaron algunos minutos, antes de que los australianos se disculparan por el incidente a través de los altavoces. "Un lamentable error nos ha llevado a interpretar un himno que no es el español, por lo que pedimos perdón", pudo escucharse. Y cuando Juan Carlos Ferrero y Jordi Arrese ya estaban en la pista a punto de comenzar el primer partido de individuales, Agustí Pujol, Carlos Moyà, Àlex Corretja y Feliciano López invadieron de nuevo el césped y, formados como equipo, escucharon finalmente una versión australiana del himno español constitucional, la Marcha Real.
"Ha sido una ofensa intolerable a la delegación española y a toda la nación", proclamó luego Gómez Angulo. "Nuestra protesta irá más allá de los gestos ostensibles de desacuerdo que ya hemos demostrado en la misma pista. Pedimos a la Federación Internacional que abra una investigación. Formalmente, no es suficiente para nosotros que después sonara el himno español. Por eso hemos pedido que la ceremonia de presentación de los equipos se repita antes del partido de dobles".
La Federación Australiana de Tenis asumió toda la responsabilidad del error y pidió disculpas de forma personal a Pujol y a Gómez Angulo, al margen de emitir un comunicado reconociendo el fallo, aduciendo que había sido completamente involuntario, pidiendo de nuevo perdón y agregando que los himnos se repetirían no sólo el sábado, sino también el domingo. "Creo que el error se produjo porque un funcionario de nuestra federación entregó una copia equivocada del himno español a Morrison para que lo interpretara en la ceremonia inaugural", explicó Geoff Pollard a Pujol. "Ni yo mismo puedo explicarme de dónde salió, pero fue absolutamente accidental. Lo lamento".
Pujol indicó que el propio trompetista se había dirigido a él para pedirle disculpas. "Él no tenía ni idea de lo que estaba tocando", dijo Pujol. "La copia del himno de Riego salió de los archivos de la federación australiana. Pero nadie se explica el error. Buscando aspectos positivos, puede que este hecho haya ayudado a que el público, que entendió nuestra frustración, no se ensañara con nuestro equipo y tuviera un comportamiento exquisito".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.