El Príncipe anima a reducir los siniestros laborales y a integrar a los inmigrantes

El príncipe de Asturias hizo ayer un llamamiento al Gobierno, a la patronal y a los sindicatos para concebir el fenómeno de la inmigración como un elemento de "cohesión social" y señaló la integración social y laboral de este colectivo como uno de los "retos enormes" para los próximos años, entre los que también incluyó la reducción de la siniestralidad laboral. Don Felipe presidió ayer en el Auditorio de Tenerife el acto central de los sindicatos UGT y CC OO en conmemoración del XXV aniversario de la Constitución española, donde el heredero de la Corona destacó el papel de las fuerzas sindicales en la consolidación de la democracia.

"Todos", señaló, "instituciones, empresas y agentes sociales, deben seguir poniendo el máximo empeño en reducir las altas tasas de siniestralidad laboral, especialmente los accidentes de los que derivan las consecuencias más graves para el trabajador". Entre las "nuevas realidades en la sociedad" de los últimos años, el Príncipe destacó el fenómeno de la inmigración: "Lleno de consecuencias positivas y enriquecedoras, plantea retos enormes en el terreno de la integración laboral y social, en el que las organizaciones sindicales, además de instituciones y demás organizaciones de la sociedad civil, tienen un importantísimo papel que desempeñar, esfuerzo que, sin duda, redundará en la cohesión social".

El heredero de la Corona resaltó el papel de los sindicatos en la consolidación de la democracia y su capacidad para "interpretar y asumir los enormes cambios y las transformaciones que han tenido lugar en España y en el mundo, y adaptar su evolución y estrategia para defender mejor los intereses de que son portadores".

"Las organizaciones sindicales", añadió Don Felipe, "han contribuido a sentar las bases de un sistema democrático de relaciones laborales y a mitigar los efectos de las crisis económicas, facilitando la recuperación del crecimiento y del empleo".

El Príncipe defendió la vigencia de las palabras pronunciadas por Don Juan Carlos el 27 de diciembre de 1978 ante las Cortes, cuando ratificó su compromiso y el de la sociedad española por "redoblar el esfuerzo de diálogo" y "desterrar para siempre las diferencias irreconciliables, el rencor, el odio y la violencia" para lograr "una España unida en sus deseos de paz y de armonía".

El acto de ayer también se convirtió en una defensa de la Carta Magna. Don Felipe recalcó que la Constitución "une a todos" los españoles, "por encima de legítimas diferencias y opiniones"; supone, según añadió, "el soporte básico de nuestro desarrollo y la mejor herramienta para seguir progresando hacia mayores cotas de bienestar social". A ello, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, añadió calificativos como "éxito colectivo sin precedentes" para un texto que "armoniza la unidad de España frente a las legítimas aspiraciones de autogobierno de las distintas nacionalidades".

Por parte de los anfitriones, el secretario general de CC OO, José María Fidalgo, advirtió de que la democracia debe ser reafirmada activamente contra los violentos porque "las sociedades libres exigen sociedades cohesionadas". El secretario general de la UGT, Cándido Méndez, se mostró partidario de "abrir un debate para profundizar en los derechos sociolaborales" incluidos en la Constitución "que aún no se han desarrollado adecuadamente". Entre estas mejoras, avanzó una mayor participación de los trabajadores en las empresas, la defensa de derechos como el de la intimidad y propia imagen de los trabajadores o su participación en las políticas públicas autonómicas, estatales y europeas.