Inactividad
La festividad de Estados Unidos puso a los mercados de valores europeos en una situación delicada, pues los inversores se vieron obligados a tomar decisiones según sus propios criterios al faltarles la orientación de las bolsas norteamericanas y, lo que es más importante, el volumen de dinero que aportan.
Las bolsas europeas se movieron sin una orientación concreta a lo largo de toda la sesión y sus resultados finales, aunque muy cortos, ofrecen un amplio abanico de opciones, pero también evidencian una nula capacidad de decisión por parte de los inversores.
La Bolsa de Londres cerró con un descenso del 0,21%, mientras que París ganó el 0,48% y Francfort el 0,86%, todo un inventario de posibilidades del que la Bolsa española optó por arrimarse a la media aritmética. El Ibex 35 solucionó esta sesión con un avance del 0,31% que le mantiene por encima de los 7.200 puntos, al tiempo que el índice general de la Bolsa de Madrid subía el 0,27%.
La contratación en el Mercado Continuo descendió en más de 1.000 millones de euros respecto de la jornada anterior, hasta quedar en 753,33 millones, la tercera cifra más baja de este ejercicio. Este importante descenso de la actividad se debe tanto a la ausencia de la habitual inversión exterior como al desinterés de los inversores autóctonos por un mercado que es muy posible que hasta el próximo lunes no ofrezca mejores alicientes.
La única noticia de esta sesión estuvo en la publicación de la masa monetaria -activos líquidos en manos del público, depósitos a la vista y algunos activos a corto plazo- de la eurozona en octubre y que, con un crecimiento del 8%, constituye una vez más un importante elemento de presión sobre los precios.
La primera impresión de los analistas es que este dato anula cualquier remota posibilidad de que el BCE rebajara los tipos de interés en el supuesto de que fuese necesario para dar un empujón definitivo a la recuperación económica.