El Rey Chico abrirá en enero como centro de estudios escénicos
El polémico edificio del Rey Chico, construido en la falda de la Alhambra a principio de los años noventa como sala de fiestas y restaurantes, se ha reconvertido en un centro cultural que abrirá sus puertas en enero de 2004. Tras casi un año de obras de adaptación, el Rey Chico se convertirá en la sede granadina de Escénica, el centro de estudios escénicos de la Junta de Andalucía. Escénica, con sede también en Sevilla, es un centro de educación teatral, tanto artística (para actores y directores) como técnica (iluminación, vestuario, atrezzo...).
El edificio del Rey Chico lo construyó originalmente el emprsario Virginio Sánchez como local de fiestas y restaurante. Nunca se utilizó como tal. Su cercanía a la Alhambra desató una polémica en la ciudad por quienes pensaron que esa situación deformaba la perspectiva que se tenía del monumento nazarí desde el vecino Albaicín.
Eran los tiempos del socialista Jesús Quero en la alcaldía. La polémica continuó hasta la llegada del popular Gabriel Díaz Berbel a la alcaldía. El edificio contaba con los requisitos y permisos legales y todas las instituciones que los concedieron conocían el fin último al que iba a ser destinado. La presión popular pudo con las autoridades. En 1997, tras varios estudios, el Ayuntamiento de Granada, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Educación decidieron quedarse con el edificio al pagar 668 millones de pesetas al propietario. El Rey Chico se convirtió en un edificio pagado por tres instituciones pero de propiedad municipal.
Uso cultural
Tras la adquisición, y ante las dificultades del Ayuntamiento para ofrecer unos contenidos al local, la Junta decidió hacerse cargo de él. El ayuntamiento cedió el recinto a la Junta que se ha hecho cargo del 75% de los costes de las reformas necesarias para ese nuevo uso. María Escudero, delegada de Cultura en Granada, explica la posición de la Junta: "La ciudad tenía un problema. La Junta quiso ser solidaria con ella y se lo solucionó". Para justificar su aseveración, Escudero recuerda las cifras que se han gastado unos y otros desde entonces. La primera reparación fue verdaderamente costosa, 870.000 euros, para un edificio de nueva construcción que no había sido utilizado nunca. "Los vándalos se habían llevado hasta las tuberías", recuerda Escudero. De esa cifra, dice, "algo más del 75% lo puso la Junta".
Las obras de acondicionamiento al nuevo fin están ahora, tras casi un año de obras, a punto de concluir. Sólo quedan los remates. "Pero la empresa constructora pide ahora 116.000 euros más", dice la delegada de Cultura. Escudero asegura que, tal como está la cosa, habrá que pagarlo.
El resultado, dice Escudero, a pesar de los casi cinco millones de euros que ha costado desde su compra el Rey Chico, es "una preciosidad" que en enero estará disponible para el teatro.
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