Los espectáculos bochornosos del PP

El bochornoso y lamentable espectáculo que, casi cotidianamente, estamos obligados a ver en los informativos, pone a prueba, sin duda, la capacidad de aguante de la sociedad. Poco a poco, lentamente pero sin pausa, el hombre de la polis, el ciudadano pensante y participativo, va degenerando en una especie de ser vivo programado principalmente para el "consumo". Consumo, luego existo, podría ser el leiv motiv del ciudadano común.

Digo esto después de contemplar a través de los distintos telediarios cómo el mar nos arroja docenas de cuerpos sin nombres ni familias, sin patria ni bandera, despojados de todo. (Conociendo el talante de nuestros ministros, alguno de ellos habrá dicho: ¡El que no tenga branquias que no venga!)

Es patético que una lancha neumática con 50 personas, en las mismas puertas de la Bahía de Cádiz, esté pidiendo auxilio y que se tarde en socorrerles el tiempo suficiente para que casi todos perecieran ahogados. Las enormes contradicciones entre los distintos organismos (Subdelegación del Gobierno, Sasemar, dependiente del ministro de Fomento; más la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz) han aconsejado al señor Vilches, subdelegado del Gobierno del PP, prohibir a los distintos organismos dar a la prensa cualquier tipo de información.

Como es costumbre del señor Aznar, él mismo dará la orden para que no dimita nadie. Inmigración, Prestige, guerra en Irak, Yakolev 42, violencia de género, inseguridad ciudadana, tramas inmobiliarias, justicia lenta, etc. Y con todo este panorama, el señor Aznar se nos dedica de cuerpo y alma a filosofar con las teorías del señor Bush y sus ataques anticipatorios. Pero, ¡señor mío!, si usted y su Administración no sois capaces de socorrer a 50 seres humanos en la mismísima puerta de la Bahía de Cádiz, ¡qué mierda de guerra anticipatoria es la que usted pretende!

Como ciudadanos que somos, hagamos de la coherencia y la racionalidad un valor cívico. Y en la próxima primavera démosles un descanso a los muchachos del PP.-