Perejaume inaugura las nuevas salas de la Fundación Palau de Caldes d'Estrac
"Cuando regresé de Francia en 1961 decidí dedicarme en exclusiva al coleccionismo de Picasso, pero esta idea se alteró en 1980 cuando compré una obra de Perejaume en la galería Joan Prats", explicó ayer Josep Palau i Fabre (Barcelona, 1917) en la inauguración de la exposición Perejaume 1977-1981. Can Riera de Fuirosos, Ca l'Oller de la Cortada en la Fundación Palau en Caldes d'Estrac, en donde se exhibe desde el pasado mayo la colección de picassos y de pintura catalana de Palau i Fabre. El mismo acto sirvió para inaugurar la segunda y definitiva fase de las obras del museo que desde ayer cuenta con la nueva Sala de Artistas Actuales, en la que se exhiben de forma permanente obras de Miquel Barceló, Pepe Yagües y Perejaume, procedentes de la colección de Palau. "Para mí, Picasso es el artista plástico más grande de todos los tiempos, pero la vida continúa y hay que abrirse al futuro y a la juventud", señaló el poeta y coleccionista de arte.
La puesta en marcha del segundo de los dos edificios que configuran el museo representa la novedad de incorporar 10 nuevas obras a la Sala Picasso. Entre ellas se encuentra un pequeño teatro de cartón con seis personajes y un decorado que hacia 1945 realizó Picasso para su hija Maya. También, como novedad, se exhibe un ejemplar facsímile del Carnet Català, escrito a mano por Picasso en su viaje a Gòsol en 1906.
En el nuevo edificio se ubica también la biblioteca y el centro de documentación dotado con el archivo de Palau i Fabre. El mobiliario está a punto, pero pasará un tiempo hasta que todo el material esté debidamente clasificado.
La exposición dedicada a Perejaume en Caldes d'Estrac recoge sus primeros años de trabajo, época en la que pasaba largas temporadas en el Montnegre. "No sólo pintaba el cuadro, sino que lo completaba con caminatas y acciones compartidas con los amigos y que por aquel entonces denominábamos simplemente fiestas", dice.
Perejaume reconoce que a finales de la década de 1970 su obra era de difícil clasificación. "Era un momento en el que convivía lo conceptual con el tardoinformalismo. No se entendía demasiado bien lo que hacía", indica. Una de las piezas que se exhibe es unas gafas de buceo con visera que empleó para sumergirse en el mar. Una vez observado el fondo marino cerró la visera y no la abrió hasta que, trasladado por unos amigos, llegó en coche al Montnegre. "Se trataba de mostrar la coincidencia que tenía para mí el mar, el aire y la montaña; cuando levanté la visera en la montaña comprobé que todo formaba parte de lo mismo". Esta obra de los años setenta contiene, según Perejaume, su "obsesión por los relieves, por iluminar estos relieves y por la apropiación expresiva del paisaje. Quería que la pintura se dispersara por todo el territorio", explicó el artista de Sant Pol de Mar. La exposición en la Fundación Palau permanecerá abierta hasta el 25 de abril de 2004.
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