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Reportaje:PERSONAJES

El niño de oro del 'soccer'

A sus 14 años, Adu se convierte en el jugador mejor pagado de la historia del fútbol norteamericano

Javier Casqueiro

A la familia de Freddy Adu le ha tocado ya dos veces la lotería. La primera fue en 1997, cuando aún vivían pobremente en su Ghana natal y logró por ese sistema la carta verde que les permitió emigrar legalmente a Estados Unidos. Pero el día más importante de la vida de este joven de apenas 14 años fue el pasado miércoles, cuando firmó en Nueva York, en el mismísimo Madison Square Garden, su primer contrato profesional como futbolista. El prodigioso Adu se convirtió así en uno de los jugadores más jóvenes de la historia del deporte profesional norteamericano y en el futbolista mejor pagado y más ansiado de una Liga que no acaba de despegar.

Por su atractiva forma de jugar cerca del área, por su juvenil explosión y por su perenne sonrisa ya le han comparado incluso con Pelé. Y, por alguno de sus goles, con Maradona. Adu ha caído como una bendición en la Liga profesional de soccer (fútbol tradicional) y entre los medios de comunicación norteamericanos. El soccer necesita aquí una estrella del calibre de Michael Jordan en la NBA o Tiger Woods en el golf para tomar un impulso definitivo que lo consolide ante un mercado potencial tan enorme.

Adu apenas ha jugado en categorías inferiores, lo que no ha impedido que firmara un contrato millonario de seis años con los DC United, el equipo de la capital, Washington, en el que todavía juega el búlgaro ex barcelonista Stoichkov. La media de espectadores en su estadio ronda los 17.000. Adu pretende ser la válvula de salvación para ese equipo y la Liga. Así lo han recibido sus mandatarios, como ha reconocido Don Garber, el comisionado de una organización que ha echado el resto para evitar su temprana emigración a Europa.

Cuando comience la próxima campaña, en la primavera, Adu será el jugador mejor pagado y más joven jamás fichado por el soccer. Su contrato, cuyos términos exactos son desconocidos, supera el techo de los 285.000 dólares anuales (unos 243.000 euros) y se especula con que podría alcanzar el medio millón. Adu ya firmó, con sólo 13 años, una relación publicitaria con Nike de un millón. Pero ha roto moldes no sólo en el mundo todavía en pañales del soccer. Sólo se ha encontrado un precedente de un jugador profesional norteamericano más precoz. Está registrado en el béisbol. Se llamaba también Fred (Chapman), pero tuvo lugar en 1872, hace más de 100 años.

La Liga norteamericana (MLS) se ha apresurado a atar a Adu en sus filas porque sus espectaculares habilidades estaban siendo muy estudiadas en el extranjero. Freddy empezó a destacar con 11 años en todos los torneos internacionales en los que tomó parte como miembro de las selecciones infantiles y juveniles de Estados Unidos. Se fijaron en sus cualidades los observadores del Milan, el Chelsea, el PSV y el Manchester United. Se hablaba de precontratos. Fuentes de su nuevo club en Washington aseguran que también estaba bajo el punto de mira del Barcelona.

Ese desaforado interés se desbocó aún más este verano, cuando Adu se convirtió en uno de los goleadores del Mundial sub-17 de Finlandia. El seleccionador sub-20 ya le ha convocado para el torneo de la semana que viene en Emiratos Árabes y muchos le colocan ya como el estandarte de la escuadra olímpica y la esperanza nacional para el Mundial de 2006.

No emigró Adu porque, entre otras razones, su madre, Emelia, le quería retener algo más en casa. Los Adu viven en Potomac, un apacible barrio residencial cerca de Washington. Su madre, la Liga, su club y el propio Adu son conscientes de los peligros que corre su fulgurante estrellato. Todos dicen que pretenden protegerle. Adu aún tiene que terminar el último curso escolar en un centro para jóvenes futbolistas de Florida, regresar a casa y encajar sus responsabilidades con jugadores que le doblan en edad y experiencia. En el futuro le gustaría jugar en una de las grandes Ligas, preferentemente en Italia, o con el Manchester, aunque su ídolo es Zidane.

Adu, en un entrenamiento con la selección sub 17 estadounidense.
Adu, en un entrenamiento con la selección sub 17 estadounidense.AP

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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