Piensa en oval

Inglaterra-Irlanda (Londres, Febrero de 1875). Uno de los primeros Internationals. H B Robinson y W B Smyth viajaron a la ciudad del Támesis para defender los colores del trébol, pero ninguno de ellos llegó a jugar el partido. El primero prefirió visitar a unos parientes y el segundo, la ciudad que tanto le fascinaba. Australia 2003. Los jugadores de la selección australiana viven durante la temporada, con sus familias en un complejo deportivo. Se entrenan juntos diariamente, a pesar de que disputan los encuentros con sus respectivos equipos del torneo Supertwelve. Nada se deja a la improvisación.

b>- 'That's entertainment!'. La Copa del Mundo de rugby se consolida en audiencia y recorta terreno frente a los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Y con ello aparecen características otrora impensables en este deporte que se ha resistido al profesionalismo hasta la década de los noventa. La lucha por la audiencia, el escaparate para las marcas deportivas, los cracks mediáticos, la negra sombra del doping...

- El sistema de castas. Los resultados de los partidos y la clasificación de los equipos no ha hecho más que acentuar las divisiones entre las tres diferentes castas existentes: los intocables - Australia, Suráfrica, Nueva Zelanda, Inglaterra y Francia- que sólo se permiten derrotas entre ellos y las semifinales son su coto privado Los outsiders: Escocia, Irlanda, Gales, Argentina, Italia, Samoa, Fiyi... Su objetivo: los cuartos de final y en su agenda, dar algún disgusto a los intocables. Los parias: Estados Unidos, Canadá, Rumania, Uruguay, Tonga, Namibia, Japón y Georgia. Cumplido su objetivo de clasificarse, sus esfuerzos se centran en intentar ganar algún partido y evitar en todo lo posible palizas de escándalo.

- Estrategia frente a inspiración. Al adoptar el sistema de puntuación establecido para el TriNations, la International Rugby Board (IRB) pretendía aumentar la espectacularidad de los partidos primando la consecución de ensayos frente a los puntos logrados por chut a palos. No ha cumplido el cambio con las expectativas generadas ya que los equipos finalistas han afrontado los partidos decisivos planteando estrategias conservadoras. Por ejemplo, Australia se metió en la final tras conseguir una sola marca en el partido contra Irlanda, con el primer puesto de su grupo en juego (17-16), tres más en cuartos de final contra Escocia (33-16), en su partido mas cómodo, y otra en semifinales con Nueva Zelanda por rival (22-10), recibiendo en los tres casos un ensayo de sus oponentes. Más pobre todavía ha sido el récord anotador de los ingleses que sólo consiguieron un ensayo en los dos partidos de la segunda fase, encajando tres contra Gales (28-17) en cuartos, y uno contra Francia (24-7) en las semifinales. En ambos casos el acierto de sus pateadores: Wilkinson, sin duda la estrella del mundial, y Flatley, han llevado a sus equipos hasta la final.

- La estrella perfecta. El hombre 10. Wilkinson hace honor al número que lleva en la espalda de su ceñida camiseta de Inglaterra. No se le puede pedir que improvise, que nos deleite con jugadas mágicas como las que se saca de la chistera Carlos Spencer, pero lleva el juego de un apertura casi a la perfección. Los otros 14 ingleses trabajan y trabajan, sobre todo en defensa. El drop final que les ha dado la Copa del Mundo fue la guinda a un partido perfecto. Patea, pasa y además, placa bien.

- El partido clave. Sin duda, la semifinal en la que Australia sacó a los All Blacks de la carrera por el título. En el partido por el título, Australia acusó, sin duda, el castigo que supuso el esfuerzo realizado para eliminar a los neozelandeses y las bajas por lesión que les generó.

- El príncipe y la corona. El mundial concluye con el desenlace deseado por la IRB. A Beckham y la Premier League les ha salido un duro competidor mediático. Empezando por el príncipe Harry, una nueva generación de ingleses van a pensar en oval. El hijo de Lady Di y Carlos estuvo en Australia apoyando al 15 de la rosa y asistió a la coronación final, celebrando sin protocolo alguno el drop de Wilkinson. El país que inventó el juego consiguió lo que se les escapa cada cuatro años a sus compatriotas cuando juegan a soccer: la Copa del Mundo.

Joan Ferrer, Snuggles, es ex jugador internacional.