Pobre gente

¿Recuerdan la película? Es de 1997, y los críticos en Francia dijeron que era demasiado teatral. Y es que es puro teatro. Clasificado: el género de humor, con toques de crueldad, El retrato de familia, pero cuidadosamente separado cada tipo de los demás. Atormentándose unos a otros. Hay un par de malos; los demás son buenos, y dios-autor les recompensa con un final feliz. O sea, de amor. La familia es el dueño de un bar, heredado de su padre; su hermano, ejecutivo en sueño permanente de ascenso; la hermana libre y malhablada, y la madre dominante, moldeadora. Los consortes: la esposa del hombre del bar; la esposa torturada, muy mujer esclava, del ejecutivo; y el chico del bar que ama a la libérrima. No es preciso insistir en quiénes son los malos: la madre y el ejecutivo. El diálogo es fluido, suelto; la versión española es adecuada, y estos actores hacen que se entienda cada una de sus frases, lo cual no es tan frecuente como debería. El público que llena todos los días la sala les quiere desde la televisión y se ríe desde antes de que hagan gracia, y se siguen riendo en la calle recordándoles a ellos, sus caras, sus gestos y sus palabras. Qué suerte.