EA debate en su congreso pactos con los desencantados de Batasuna
Errazti llega al cónclave con el reto de evitar las listas alternativas
El VI Congreso de EA ha subido de temperatura en la última semana. Al sector crítico surgido del anterior cónclave, liderado por el presidente de Guipúzcoa, Iñaki Galdos, se ha unido una parte de la formación que lidera Begoña Errazti en Vizcaya. El consejero vasco de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, plantea abiertamente en una enmienda una política de pactos con Aralar, la escisión de Batasuna, y los desencantados de la izquierda abertzale que renuncian a la violencia para obtener réditos políticos.
Eusko Alkartasuna llega a su VI Congreso, que se abre hoy en Bilbao, con una unanimidad ideológica férrea en torno a la defensa del derecho de autodeterminación, la creación de un Estado vasco y, en este momento histórico, la defensa del plan Ibarretxe. Y con el objetivo añadido de diferenciarse del PNV, acentuando al máximo el perfil socialdemócrata de la formación escindida de los peneuvistas en 1986.
Pero esa unidad ideológica contrasta con el amontonamiento de sensibilidades -en el partido no están legalizadas las corrientes- que negocian con el sector oficial una integración para evitar presentar listas alternativas a la actual dirección. El sector crítico que lidera el guipuzcoano Iñaki Galdos, presidente de EA en esa provincia, cree firmemente en las bondades de la alianza PNV-EA, pero se siente realmente molesto por algunos actos de la dirección en la confección de determinadas listas electorales en las últimas elecciones. Galdos, con todo, no oculta su vocación de "integración".
En el otro lado de la balanza crítica ha surgido un grupo de cuadros nucleados en torno al presidente de EA en Vizcaya, Juan Carlos Goienetxea, y al consejero vasco de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, que defiende abrir el partido a lo que políticamente es el naufragio de Euskal Herritarrok, la marca electoral de HB durante la tregua de ETA.
Intxaurraga, que ya ha anunciado que no está dipuesto a liderar ningún "sindicato de resentidos", ha plasmado en la enmienda 128 -una de las 425 presentadas a la ponencia oficial- lo que considera compromisos programáticos básicos para formalizar coaliciones electorales: "defensa de los derechos individuales y colectivos" (apuesta por las vías pacíficas), "justicia social", "impulso de un proceso soberanista" y "desarrollo sostenible".
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