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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Enterremos el AVE

Los padres y madres, niños y niñas de Escola Gavina de Picanya, un día se despiertan con la noticia de que un tren llamado AVE pasa cerca de su escuela. Saben que el AVE levanta fuertes barreras y también que, cuando llueve, en Picanya el agua no quiere irse, duerme perezosa en charcos que cuestan de secar. Y es que la huerta de Picanya es ancha y muy llana.

Más adelante, las noticias cuentan que una muralla sostendrá ese tren y que la muralla recorrerá la huerta en sentido sur-norte (AVE de Albacete), surcándola de un muro paralelo a la mar, que es el lugar por donde se retiran las aguas. Pero aún hay más. Otra barrera producida por otro tren AVE (éste el de Madrid), la vuelve a fragmentar, además, perpendicularmente al mar. ¿Quién puede haber diseñado un desaguisado tan grande? ¿Quién desde despachos lejanos hace unas rayas sobre un mapa, con tan poco sentido común como se han trazado algunas fronteras en el mundo? ¿Dónde están nuestros políticos, los que tienen que velar por los derechos de la ciudadanía? Los compromisos que los políticos adoptan no se deben tomar por encima de las leyes físicas, por encima de la vida de un pueblo, de su historia, o de sus gentes. Parecen unos representantes, de gruesa sensibilidad, que se comprometen con una élite económica, que quiere viajar en cómodos trenes, a gran velocidad, por redes exclusivas, sobre vías semicosteadas por fondos europeos. Cuando inexplicablemente, olvidan pueblos enteros y obvian sus atascadas carreteras y sus transportes caducos. La llana orografía de los campos cuadriculados quedará destripada. Los términos descuartizados. La vida de sus gentes tocada de muerte. Y cuando llueva fuerte, como vemos cada vez más a menudo, veremos cómo sube el nivel del agua sin remedio, veremos cómo se desborda el barranco de Chiva. Mientras, desde la escuela, no querríamos ver pasar los trenes casi vacíos con lacónicos viajeros a quienes poco importamos.

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