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Reportaje:FÚTBOL | Eurocopa 2004

La consagración del chico tranquilo

Xabi Alonso disipa en Oslo las dudas sobre él después de un discreto arranque en la Real

Corría la euforia en la cola del avión de vuelta de Noruega a Madrid, con los jugadores de la selección española descargando entre bromas la tensión de los últimos cinco días. Pero en medio del alborozo de esa madrugada del miércoles al jueves, un hombre tranquilo, discretísimo: Xabi Alonso, el centrocampista de la Real Sociedad que acababa de dictar en Oslo una lección en la conducción del fútbol de toque de España. Aunque, por su aspecto, nadie lo diría. Tampoco nadie dudaba ya

de por qué había sido elegido inopinadamente por Iñaki Sáez para ese partido: para que, desde su privilegiada posición de medio centro, la selección consiguiera una cifra de pases buenos que después resultó estratosférica: 581, de los que 98 nacieron de los pies de Xabi Alonso, el que más balones repartió. Cifra histórica: el mayor número de entregas acertadas que ha logrado un equipo en la actual edición de la Liga española ha sido de 442. ¿Sabe que dio 98 pases a sus compañeros? "Bueno, jugamos muy cómodos y eso facilitó esos datos", dijo ayer Alonso sin darle la menor importancia.

"Soy tranquilo, sí, pero claro que estoy muy contento por la clasificación", añade

Alonso, que sumó su quinta cita internacional antes de cumplir el próximo martes 22 años. Su arranque de temporada ha sido discreto en la Real, lejos del rendimiento del ejercicio pasado, cuando irrumpió como el jugador revelación preferido por los entrenadores de la Liga. ¿Está peor que entonces? "Es diferente, por todas las competiciones en las que estamos. Tal vez nos afecte el cansancio", reconoció ayer. Su debú en la selección, el 30 de abril, ya resultó ilusionante: no perdió un solo balón hasta el minuto 35 en la victoria española ante Ecuador (4-0).

Tomando un café con sus colaboradores en la tarde del martes, el seleccionador, Iñaki Sáez, les comunicó que tenía una sola duda respecto a la alineación del día siguiente: Xabi Alonso o Baraja. El resto estaba decidido. Era una decisión dolorosa, sobre todo por el notable rendimiento de Baraja en la ida del sábado en Mestalla. El primer sorprendido de la alineación final fue el futbolista de la Real. "No me lo esperaba, pero sí tenía ilusión por si llegaba. Llegó y, nada, a afrontarla con las mayores garantías". Sustituyó precisamente a Baraja, el centrocampista que para el propio Alonso es el más completo de la Liga.

En la elección del jugador de la Real, Sáez también buscó a alguien que guardara más la posición junto a Albelda, sin la tendencia a descolgarse al área contraria de Baraja. "Nos repartimos las tareas, tanto ofensivas como defensivas y me encontré muy cómodo con Albelda. Lo pasamos muy bien", comentó Alonso, que tampoco se iba a arrugar ni ante la trascendencia de la cita ni ante las supuestas irregularidades del campo Ullevaal de Oslo: él, que pasó por esa escuela del fútbol duro y sin concesiones que es el Éibar, donde estuvo un año cedido por la Real Sociedad.

Sáez ya lo entrenó cuando Alonso tenía 18 años, en el campeonato de Europa juvenil. Y pronto advertiría sus cualidades: "Tiene un gran desplazamiento de pelota, tanto en largo como en corto. Ve muy bien el fútbol y juega a dos toques: para, piensa y pasa. Orienta el juego hacia el otro lado; aprenderá a robar balones cada día, por su envergadura; mejorará también en el salto de cabeza; el regate no es su fuerte aunque un centrocampista no debe regatear. Otea todas las posibilidades y escoge una en muy poco tiempo. Pierde muy pocos balones. Tiene cosas de Guardiola, en el sentido de verlo fácil y hacer esos pases con el interior o un desplazamiento de 40 metros; pero es más goleador que Guardiola, puede marcar goles de cabeza y le pega bien desde fuera del área. Físicamente es más fuerte. Hay que esperar más de él porque es muy joven. No es tan ofensivo como Baraja ni tan organizador como Xavi. Es una mezcla".

Estudiante de tercero de Empresariales, Xabi Alonso es hijo de un futbolista de la Real y el Barça en los años 80, Periko Alonso. De él ha heredado la seriedad y el compromiso con su trabajo. "Odio los piscinazos en el fútbol. No me gusta el teatro", afirma Xabi rotundo, y reconoce que, respecto a su padre, es un medio centro con más calidad para el manejo de la pelota. "Tengo facilidad para pasar el balón en largo. Será innato".

Xabi Alonso permaneció hasta los seis años en Barcelona, pero fue llegar a San Sebastián, al colegio Ekinza, y empezar a disfrutar del fútbol en la playa de La Concha. "A veces añoras esos tiempos". Aunque en Oslo, en la fría noche del miércoles, por momentos llegara a rememorarlos.

Xabi Alonso, acosado por el noruego Solli, el miércoles en Oslo.
Xabi Alonso, acosado por el noruego Solli, el miércoles en Oslo.EFE

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