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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Víctor Mira, pintor

La muerte planeaba siempre sobre su vida y su obra. Y la muerte se lo ha llevado antes de hora. El artista zaragozano Víctor Mira (1949), cuyo trabajo y vida basculaban entre Barcelona y la pequeña población alemana de Breitbrunn am Ammersee, cercana a Múnich, fue un artista de tormentosa agitación existencial,lo que dio a sus pinturas una gran intensidad. La muerte se produjo el martes, cuando el artista se lanzó a la vía de un tren de cercanías. La policía alemana señaló que la cocina de su residencia había ardido unas cuatro horas antes de su muerte. El accidente podría haber sido provocado por un cortocircuito y es posible que el humo haya dañado alguna de las obras.

El galerista de Víctor Mira, Miguel Marcos, con salas en Zaragoza y Barcelona, no encontraba ayer explicación al trágico desenlace. "No veo justificación a lo que ha pasado; hace unas tres semanas hablamos sobre proyectos. Estábamos preparando Arco y me pareció verle en un buen momento creativo". Para Marcos, "Mira era un animal pictórico, un hombre entregado a su trabajo, un monje en su taller que vivía por y para el arte". Mira siempre se sentía relegado en su propio país, lo que hacía de él un exiliado anímico. Para Marcos, "el reconocimiento de Mira ha sido lento y costoso en España, porque ha sido un artista rebelde, y eso no gusta actualmente a la sociedad".

Sus últimos trabajos habían sido presentados en la pasada edición de Arco, donde mostró la escultura Meditación para el agua dulce y estrenó la obra teatral Los antihéroes. En esta feria obtuvo el premio AECA al mejor artista vivo español representado en Arco 03.

Mira sentía también verdadera necesidad de expresarse con la palabra escrita. Había publicado varios libros. En España no se puede dormir fue el último de ellos, editado por su galerista en 2001. Curiosamente, la primera edición de este libro estaba escrita en catalán y llevaba el título de Trepitjant les flors (Pisando las flores) . De esta obra dijo: "Escribí el libro para defenderme de malas interpretaciones. Me decían que me aislaba en una torre de marfil, pero lo que hacía era subirme a lo alto para tener una mejor panorámica de la sociedad". En él hablaba de sus primeras experiencias vitales en Zaragoza, de su relación con los padres, de su vida de desarraigo, de su visión del arte y de la dureza del mercado. "Antes odiaba tanto a España como a mi madre y, sin embargo, admito haber tenido ráfagas de amor purísimo hacia ambas", decía una de las frases contenidas en el libro, definitoria de la dualidad de afectos que una misma cosa le podía provocar.

Las pinturas de su última etapa habían adquirido un contenido narrativo en el que se expresaban todos sus fantasmas. Su última exposición en España fue Apología del éxtasis, presentada en 2002 en el museo Pablo Serrano de Zaragoza y en la galería Miguel Marcos. En Zaragoza, la exposición adquirió un acento antológico, y en Barcelona apuntó hacia el futuro de su trayectoria. Recientemente había editado en Alemania el libro de dibujos Geniuses Out, publicado por el Kunstraum Ruedi Tobler de Basel, que completaba una trilogía de publicaciones en que mostraba, con la elemental potencia del lápiz, su ácida y dura observación de la vida cotidiana.

Finalizó su último encargo recientemente. Se trata de un grabado inspirado en la serie de Goya Los disparates, que el Consorcio Goya Fuendetodos le había encargado. Mira anunció la conclusión de su obra mucho antes de finalizar el plazo previsto.-

Víctor Mira.
Víctor Mira.SILVIA T. COLMENERO

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