"La novela negra permite más atrevimiento y menos academicismo"

Nicole Canto es una mujer arriesgada. Ha tenido el valor de poner en marcha una editorial. Y no la ha montado en Barcelona, donde vive, sino en Granada. Hay que echarle mucho valor. La trayectoria vital de Nicole Canto comienza en Argelia, donde nació, y continúa en Francia, lugar de origen de su familia y donde regresó ya adulta. Tras unos años en París, decidió dar otro giro a su vida. Recaló en Granada, hizo amigos y colaboró con algunas editoriales locales y nacionales. Un día le llegó un manuscrito y decidió que no podía dárselo a nadie. Lo editó ella y así nació Zoela, su editorial. Al poco tiempo volvió a necesitar otro cambio de residencia. Ella se fue pero mantiene la editorial en Granada. Una editorial, cuenta, con vocación abierta y no cerrada a asuntos locales. Su colección de novela negra, que aumentará estos días en un nuevo número, el 11. Su último libro es un libro de conversaciones de Manuel Vázquez Montalbán que éste no pudo ver terminado.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de poner en marcha una editorial?

Respuesta. Como traductora y lectora para editoriales en Francia, y trabajando siempre en el mundo de la cultura, tenía experiencia y vocación en este campo. Era desde siempre una quimera que nunca pensé que se pudiera realizar. En España, trabajaba como directora de una colección de novela negra para una editorial en Cataluña y, de pronto, todo se alió para llevarme a poner en marcha mi editorial.

P. ¿Qué ocurrió?

R. Al llegar a Granada, empecé a colaborar con Comares, una editorial granadina. Un día, a través de un amigo, llegó un manuscrito que estaba esperando, una historia bastante peculiar. Me lo leí del tirón y pensé que eso no lo podía dejar para que lo editaran otros. Era el año 2000.

P. ¿Qué manuscrito era?

R. Es el primer libro que editó mi editorial, El cuentista, de Paul Hecht, conocido en Granada como Pablo el americano. La historia me llegó de manera casual. Estaba preparando la edición de otro libro de este autor pero me dijeron que lo que más ilusión le hacía a este escritor era en realidad que se publicara El cuentista. Cuando me llegó, me pareció perfecto para comenzar mi historia editorial.

P. Una editorial independiente parece una locura; montarla en Granada debe ser demasiado.

R. He conseguido muchos compañeros de aventura en Granada. Granada tiene un potencial literario y cultural impresionante para ser una ciudad tan pequeña. Es un honor tener la editorial en Granada. Pero mi idea no es sólo publicar cosas de andaluces y sobre andaluces. Me interesa mucho la realidad andaluza pero quiero que, desde Granada, Zoela se proyecte hacia toda España.

P. ¿Qué significa Zoela?

R. Quise mezclar el nombre de mis hijas, Zoé y Lola. Luego me enteré de que Zoela era una tribu precéltica. Pensé que, de todas maneras, el concepto de tribu encajaba perfectamente en mi proyecto editorial.

P. ¿Y por qué edita novela negra, un género difícil?

R. Yo sabía que esta colección iba a contracorriente; sin embargo, ahora, algunas editoriales comienzan a plantearse colecciones similares. En los años ochenta hubo un boom de este tipo de literatura que inundó el mercado. Paradójicamente, esto redundó en su perjuicio porque las traducciones resultaban muy malas y el género iba a menos. Se produjo además un complejo absurdo al considerar la literatura negra como un subgénero de menor valor. El complejo fue tan grande que muchos escritores de novela negra la enmarcaban en colecciones de novela general para no quedar identificados en el género.

P. ¿Qué aporta la novela negra a la literatura?

R. La novela negra es género muy abierto que no ha dejado de renovarse y expandirse. Muy a menudo la literatura blanca ha dejado de ocuparse de la crítica social, el pensamiento crítico y el atrevimiento creativo. La novela negra tiene mucho tirón porque es capaz de traducir mejor que otros géneros la realidad social en la que se desenvuelve. Es un género que permite más atrevimiento y menos academicismo.

P. Tras poner en marcha esta editorial en Granada, cambió su residencia a Barcelona pero mantuvo Zoela en Granada, ¿por qué?

R. Yo tenía claro que tenía que irme pero también tenía claro que la editorial había echado raíces aquí y que tenía que mantenerla en la ciudad. Granada es mi tierra y me autoproclamo hija adoptiva. Sin embargo, hubo dos razones para que me trasladara a Barcelona. Familiares por un lado y por otro la realidad de que el mundo editorial se mueve en Barcelona. Opté por lo más razonable, irme yo y dejar la editorial en Granada.

P. ¿Es difícil el mundo editorial?

R. El mundo editorial es muy duro. El mercado atraviesa una crisis estructural, deprimido desde hace años y que tiene un problema de fondo doble: el de la falta de lectura y el de la superproducción. A todo eso se le añade la existencia de los grandes grupos editoriales. Mi lucha es poner en marcha una editorial independiente. Es una locura, pero es fundamental que existan editoriales como la mía. Las editoriales independientes proveen espacios de descubrimiento, de libertad que no ofrecen las grandes compañías. Las pequeñas editoriales no sólo buscan compradores, sino lectores.