Ramón Álvarez Palomo, dirigente histórico anarquista
El pasado día 14 falleció en Gijón el dirigente anarquista Ramón Álvarez Palomo a la edad de 90 años.
Álvarez Palomo representaba uno de los últimos testimonios vivos del anarcosindicalismo histórico español. Educado en la Escuela Neutra de Eleuterio Quintanilla, se incorporó al mundo laboral a los 12 años y comenzó a militar en la CNT con 15 años. A los 20 años fue elegido secretario regional de la CNT.
La Revolución de Asturias y la Guerra Civil hicieron de él un activista y, luego, un joven dirigente político. Formó parte del Consejo de Asturias y León como consejero de Pesca en representación de la FAI y fue el responsable, con Belarmino Tomás y Segundo Blanco, de la evacuación de los republicanos asturianos hacia Francia, cuando el frente del norte se dio por perdido. De Francia regresó a Cataluña y ofició de primer secretario del ministro de Instrucción Pública y Sanidad, Segundo Blanco.
Después vino el exilio, primero en Toulouse, donde residió hasta 1949, y luego en París, donde fue detenido en 1961 por la policía francesa a petición de las autoridades españolas acusado de actividades contra el régimen de Franco. Permaneció en la cárcel un mes y, ante el riesgo de que se le extraditara a España, se produjo una movilización a favor de su liberación de parte de las fuerzas políticas españolas en el exilio, así como de defensores de los derechos humanos, incluida Amnistía Internacional.
Su exilio fue activo políticamente siempre y entró clandestinamente en España en tres ocasiones, con el propósito de que la acción contra el régimen de Franco no fuera comandada desde el exterior, sino ajustada a los intereses de aquellos militantes cenetistas que vivían aquí.
Regresó en 1976 definitivamente con su familia a España, estableciéndose en Gijón, donde desde entonces continuó su actividad política y sindical hasta muy recientemente. Asimismo, fue director de la revista Acción Libertaria hasta su última publicación en 1994.
Álvarez Palomo representa de modo genuino tres dimensiones de un tipo de anarquista español que con frecuencia se ha ignorado: la del que entiende que la idea de instrucción es un factor decisivo en la personalidad del trabajador; la segunda, de aquel que defiende la idea de que la política sindical se realiza siempre en los puestos de trabajo, y la tercera, aquel que mantiene la voluntad de acuerdo con las distintas fuerzas políticas y sindicales, que no significaba renunciar a sus ideales anarquistas, sino la necesidad de encontrar elementos de acción común.
En estas tres dimensiones se desplegó la personalidad de Álvarez Palomo: como biógrafo de su maestro Quintanilla, propugna la idea de una educación laica y no doctrinaria; como activista político, hizo siempre compatible el trabajo en los más diversos oficios con la acción sindical y política, y como hombre políticamente conciliador y pragmático, acercó sus posiciones a las de otras fuerzas políticas y sindicales como la UGT y a los movimentos nacionalistas.
Hombre de diálogo, no renunció al entendimiento de las fuerzas políticas en el exilio con los movimientos políticos de la clandestinidad durante el franquismo. Esta voluntad conciliatoria con otras fuerzas sindicales pero, ante todo, pragmática le llevó a su alejamiento de las posiciones más ortodoxas de la CNT, adhiriéndose a la tendencia CNT-Congreso de Valencia, que desde 1989 se conoce como la CGT, partidaria de las elecciones sindicales y de la participación en los comités de empresa.
Finalmente, encontramos en hombres como Álvarez Palomo los representantes de un capítulo de la historia de Asturias y de España que aparece ignoto por olvidado, en esa pretensión más o menos intencionada de apartamiento de la escena pública de la vida política actual del anarcosindicalismo.
Pero la historia de España, independientemente de nuestras preferencias políticas actuales, no puede renunciar a conocer un capítulo importante de sí misma. Álvarez Palomo quiso contribuir en su vida con su actividad política y su testimonio vivo al acercamiento del anarcosindicalismo a una sociedad cada vez más dinámica como la española, así como al conocimiento del pasado anarquista de nuestra historia inmediata. En este sentido, cabe mencionar entre sus libros Eleuterio Quintanilla. Vida y obra de un maestro (1973), Avelino G. Mallada. Alcalde anarquista (1986) y Rebelión militar y revolución en Asturias (1995).
Ramón Álvarez Palomo había nacido en Gijón en 1913. Estaba casado con la destacada militante anarquista Aurora Molina Iturbe y tenía cuatro hijos.-
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