Sin miedo al frío

La selección española viaja hoy a Oslo con la necesidad de asegurar la participación en la fase final de la Eurocopa 2004 de Portugal, en partido de vuelta de la repesca ante Noruega. El obligado viaje generó ayer en las instalaciones del parador nacional del Saler, en Valencia, un debate mayor por las condiciones metereológicas que aguardan a los de Iñaki Saez, seleccionador nacional, que por los aspectos puramente futbolísticos con los que se debe manejar una renta tan escasa como inmerecida (2-1). Espera Noruega, se rinde visita al estadio Ullevaal de Oslo, y aguardan veintitantos grados menos de temperatura que la de ayer en El Saler. Algo que, en cualquier caso, se sabía sobradamente desde el resultado del sorteo que emparejó a España y Noruega camino de Portugal. Y allí, el próximo verano "no hará frío", según reconoció el defensa del Barcelona Carles Puyol.

Ni tan siquiera Casillas lo afronta con especial preocupación. Jugará con las mangas cortadas

Los jugadores citados por el seleccionador, el martes pasado en Madrid, tenían la obligación de presentarse a la cita con el calzado para jugar sobre un campo helado el próximo miércoles. Así se lo comunicó la federación. Por eso, representantes de varias firmas comerciales se han dejado ver durante los últimos días en la concentración española para poner a disposición de sus estrellas el material adecuado.

Los encargados de velar en el combinado estatal por la comodidad de los futbolistas han obrado en consecuencia, incluyendo en los baúles para el viaje tantas y tan diversas prendas como puedan necesitar los pupilos de Iñaki Sáez en Oslo. Eso incluye camisetas térmicas, guantes, calentadores y gorros, que se espera utilicen con mayor profusión en el entrenamiento de víspera que durante el partido: "Si lo necesitan, lo tienen, pero conociéndoles, poco pedirán", recordaba ayer un veterano empleado de la federación.

Argumentos para desdramatizar la incidencia del frío en el rendimiento de los futbolistas los aportó también el médico de la selección, Genaro Borrás, al ser requerido ayer sobre el tema: "No creo ni en el jet-lag ni en el frío cuando hablo de deportistas de élite que tienen poco más de 20 años. Hay que tomar mínimas precauciones, pero no volverse locos, porque ellos tampoco lo requieren".

Se trata, simplemente, de cambiar la ensalada por una sopa en las comidas, algo muy lógico: "No es lo mismo jugar en Valencia, a 22 grados, que en Oslo con el termómetro al filo de los cero grados. Es de cajón, no hay que estudiar demasiado para saber lo que pide el cuerpo", reconoció el médico. "Y en el caso del más friolero, que se ponga guantes".

Miguel Gutiérrez, fisioterapeuta del combinado español desde hace muchos años, cree que el jugador, en última instancia, "saca de dentro lo que necesita". Su experiencia le lleva a considerar como "ridículo" ver a un jugador con pantalón largo, camiseta de cuello alto y guantes sobre el campo, como parte de su indumentaria oficial: "Al final, les sobra todo y, en el descanso, se lo quitan".

En lo que pueden colaborar estos empleados federativos es en aumentar el calentamiento interno -el que se realiza sobre el campo antes de los partidos-, aspecto que cuidará el preparador físico, Manuel Delgado Meco; así como el calentamiento externo, administrado a base de masajes por las manos de Senén Cortegoso y Miguel Gutiérrez. "En un partido así", concluye Gutiérrez, "no hay nada mejor que jugarte la Eurocopa".

El efecto de las consecuencias climatológicas fue relativizado, también, por los propios protagonistas, nadando contra la corriente mediática: "Ya tenéis algo de qué hablar", respondió ayer un veterano al ser preguntado por el tema. "A nosotros nos preocupan más las contras y los córners", añadió. Los seleccionados por Sáez, que trabajaron por la mañana suavemente y disfrutaron de la tarde libre concedida por el entrenador, minimizan las circunstancias de jugársela ante Noruega a dos grados bajo cero: "Tenemos que ganar y punto. Da igual el frío o el campo. No me sirven excusas", confesó Etxeberria. Ni tan siquiera el portero Casillas lo afronta con especial preocupación. Jugará con las mangas de la camiseta cortadas y una sola misión: no encajar un gol. No en vano, España se clasifica si a él no le meten un gol "haga frío o el público vaya al campo en bañador". Lo demás no es fútbol.