Un cónclave de 71 miembros designará al nuevo líder
Sostiene algún responsable del PNV que en el endiablado sistema de elección interno de los cargos del partido se utilizan procedimientos "más parecidos a los del Vaticano para la elección del Papa" que a los de un partido moderno. Los estatutos vigentes, aprobados en la Asamblea General de 2000, fijan un sistema en el que se adjudica a los miembros con voto de la Asamblea Nacional la elección del presidente de la Ejecutiva.
Los 71 representantes de las diferentes organizaciones regionales y extraterritoriales (las de fuera del País Vasco tal como lo concibe el PNV) con derecho a voto se reparten siguiendo un sistema fijo, de 12 miembros para cada una de las tres provincias del País Vasco y Navarra y cuatro para las juntas municipales del País Vasco francés.
A su vez, existe un sistema de ponderación de voto en función de los militantes de cada territorio -que va de uno a cinco delegados según el número de afiliados- por el que se reparten otros 15 representantes. Esta segunda vía beneficia a Vizcaya, que cuenta con 25.000 de los 34.000 militantes que tiene en números redondos el PNV.
Así, el territorio dirigido por Íñigo Urkullu pasaría a tener finalmente 24 representantes. El resto de lo delegados se adjudicaría como sigue: 2 para Guipúzcoa (con unos 7.000 militantes), que quedaría con 14 miembros con derecho a voto; uno para Álava (con unos 2.000), que tendría 13, y Navarra, con apenas unos cientos de militantes, se quedaría igual que al principio, con 12.
Los estatutos, además, adjudican un máximo de cinco representantes a las organizaciones extraterritoriales "debidamente constituidas y que desarrollen una actividad mínima". En este caso serán cuatro -Argentina, Madrid, Venezuela y Uruguay-, lo que completa el número de 71.
Los representantes de cada territorios votan en bloque para la elección del próximo presidente de la Ejecutiva Nacional, en función del resultado de la asamblea regional. Ganar en Álava, aunque sea por muy poco, significa adjudicarse 13 votos. En función de ese sistema, Egibar parece tener ventaja. El día 31 de diciembre, fecha del final de la segunda vuelta, ya se sabrá qué candidato puede lograr los 36 votos necesarios para dirigir los destinos del PNV durante los próximos cuatro años.
Aunque los resultados de la primera vuelta no pueden en ningún caso ser extrapolados, a día de ayer Egibar era el candidato que más territorios controla (Guipúzcoa, Álava y Navarra), mientras Imaz vence en la mayoritaria Vizcaya y en el País Vasco francés..
La gran batalla se dará previsiblemente en Álava. Si Imaz retiene en la segunda vuelta Vizcaya, sólo necesitaría inclinar de su lado Álava o Navarra. Por contra, Egibar debe sumar necesariamente a Guipúzcoa victorias en Navarra y Álava.
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