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ELECCIONES EN CATALUÑA

Maragall incluye el Estatut y la agenda social entre sus primeras medidas de gobierno

El candidato del PSC promete "honrar" el legado de Pujol pese al "declive final" de éste

El candidato del PSC, Pasqual Maragall, se comprometió ayer a impulsar 10 medidas de forma inmediata -en medio año- si gana las elecciones y forma Gobierno. Algo así como una síntesis del núcleo duro de su programa, que incluye abrir de inmediato el proceso de reforma del Estatut y algunas de las medidas más emblemáticas del llamado "programa social del cambio". El candidato cerró su campaña en las comarcas de Tarragona, donde se comprometió a "honrar y respetar" el legado de todos los presidentes de la Generalitat, incluido el de Jordi Pujol, pese a su "declive final".

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Maragall celebró su mitin final en Reus (Baix Camp) para tratar de dar un impulso a Lluís Miquel Pérez, el cabeza de lista por Tarragona, y obtener la primera victoria del PSC en unas autonómicas en esta circunscripción. Pero horas antes, en El Vendrell (Baix Penedès), el candidato socialista dio a conocer las 10 primeras medidas de gobierno que tomará si el domingo gana las elecciones.

En este caso, los tradicionales 100 días de gracia que suele otorgarse a todo nuevo Gobierno no supondrían un intermedio para rodar al nuevo equipo, sino que el cambio empezaría casi desde el primer día. Los 10 puntos que Maragall se comprometió a impulsar en los seis primeros meses de gobierno (véase el artículo adjunto) suponen inaugurar al mismo tiempo la "segunda etapa de la autonomía" -con la reforma del Estatut de 1979 como emblema- y el programa social con el que se propone acercar Cataluña al modelo nórdico del Estado de bienestar.

La batería de propuestas sociales incluidas en el decálogo de prioridades que ayer lanzó Maragall afectan a la mayoría de los ámbitos del programa social que el PSC ha ido definiendo durante la campaña: barrios seguros (despliegue de los Mossos antes de los plazos previstos e inversión masiva en las zonas con peligro de exclusión social), jóvenes (apoyo al alquiler y la emancipación), atención domiciliaria a la gente mayor y plan de choque para la escuela pública. Maragall insistió en que el aumento del gasto que comportarán estos programas está perfectamente calculado y será asumible por la Generalitat siguiendo el modelo de gestión del Ayuntamiento de Barcelona, que, recordó, fue capaz de organizar los Juegos Olímpicos.

Maragall visitó también Montblanc (Conca de Barberà) y el monasterio de Poblet para recalcar que su proyecto político tiene "profundas raíces" en la historia de Cataluña. El dirigente socialista ofrece un "nuevo catalanismo" integrador, basado en la voluntad de los ciudadanos y vinculado a un programa social. Pero ayer, haciendo un guiño a los electores pujolistas, hizo hincapié en que su victoria, lejos de suponer una amenaza para la autonomía como propaga CiU, comportará incluso el reforzamiento de una tradición histórica que arranca de muy lejos y de la que forma parte también Pujol.

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Tomando Poblet, que acoge el archivo de Josep Tarradellas, como un "símbolo de la continuidad" de las instituciones catalanas, Maragall asumió como propia la visión de la Cataluña que hunde sus raíces en los reyes de la Corona de Aragón, en la tradición política del Estado compuesto, en el austriacismo, el catalanismo popular de Valentí Almirall, el federalismo republicano y todos los presidentes de la Cataluña autónoma, de Macià a Pujol, pasando por Companys, Irla y Tarradellas.

El candidato socialista se comprometió a "honrar, preservar y engrandecer aún más" su legado, aunque con matices. De los cuatro presidentes de Esquerra Republicana (ERC) sólo recordó aspectos que juzga positivos. De Jordi Pujol, en cambio, agradeció que haya "afirmado la identidad

" y "asegurado la continuidad de las instituciones de autogobierno", pero lamentó expresamente "su declive final". Maragall aspira a convencer a una parte de los electores que siempre han sido fieles a Pujol de que ahora, tras los ocho años de pacto de éste con el PP, la mejor garantía del catalanismo es la opción de cambio que él quiere encabezar.

Por la noche, Maragall cerró su campaña en Reus, en el teatro Fortuny, abarrotado de entusiastas simpatizantes socialistas convencidos de tener al alcance una victoria que se les resiste a desde 1980. El candidato del PSC, que fue presentado por el escenógrafo Lluís Pasqual y arropado por el líder de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, hizo el discurso más extenso de toda su campaña -unos 50 minutos- y se mostró convencido de su triunfo en las elecciones siempre y cuando el PSC concentre el voto del cambio. Maragall reiteró su compromiso con la "España plural" y, sin citarlo, se desmarcó del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, al insistir en su conocida idea de que si José María Aznar continuara otra legislatura, España "acabaría mal".

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